Cañizares y Rouco

Jueves, 05 Diciembre 2019 20:08

El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha criticado duramente el preacuerdo de gobierno entre el PSOE y Podemos, asegurando que España está en grave peligro por la próxima «aprobación de la eutanasia, el feminismo radical y la ampliación de la memoria histórica, que fomenta el odio y la aversión», según palabras del propio prelado de la Iglesia católica.

En su carta semanal, considera que en el preacuerdo de gobierno «entre socialistas y socialcomunistas» se observa un cambio cultural y la imposición de un pensamiento único. Señala que ha causado «gran conmoción», que «quebrará más la sociedad», y asegura que España está en «grave emergencia», por lo que necesita una «sanación urgente». La carta, bajo el título «Reflexiones al hilo de los hechos», detalla que las repercusiones efectivas económicas del pacto han sido «inmediatas» y que las reacciones y los comentarios en Europa y en España, además de negativos, producen gran temor. Añade que aunque los firmantes se autodenominen «fuerzas progresistas», no tienen nada de progreso, puesto que se impone la aprobación de una serie de medidas, que fomentan el rencor y la hostilidad.

Según Cañizares, «esto hace pensar y prever en la profundización e inmersión de una crisis muy profunda, sobre todo cultural, pero también, en una crisis política e institucional, democrática, social y religiosa, una crisis de lo que constituye España en su realidad e identidad más propia».

Y añade: «En muchas partes y ámbitos se sigue hablando de crisis económica mundial inmediata, que según los expertos será aún más grave incluso que la pasada. Pero más grave aún será la crisis cultural y de identidad, sufridas ya por España en el marco de Occidente, con sus connotaciones propias, por lo que, si llega al Gobierno de la nación esta coalición y lo que se atisba en el preacuerdo, se ahondará todavía más».

Además, subraya: «Todo esto conduce y nos está haciendo padecer una verdadera situación patológica. Sé que me van a criticar —dice—, ¿qué importa?, soy libre el tiempo que me dejen, pero nuestra sociedad está "delicada", no podemos ocultarlo; y hay que decirlo, aunque resulte políticamente incorrecto hacerlo o se me tilde de pesimista, de profeta de calamidades, o de conservador».

En fin ¿qué se puede decir? Respecto a lo del pensamiento único, creo que no debería hablar así una persona que ha dedicado recientemente una misa a la memoria de Franco. Si el preacuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos nos puede llevar al pensamiento único, ¿qué es lo que había durante la dictadura?, una época en la que la Iglesia disfrutaba del poder y las prebendas que le otorgaba el dictador. ¿No será que la Iglesia echa en falta ese poder económico, político y social que tenía, y teme que se le rebajen o se le anulen todas las ayudas económicas que posee del Estado y que nadie más tiene? ¿Qué representa para Cañizares la palabra «progreso»? ¿Quizá desearía que todo volviera a como estaba en la época de la dictadura? Creo que ese sería el progreso que él desearía, y que no se hablase de la eutanasia, del feminismo o de la memoria histórica, como en su día se manifestaron en contra del aborto y del matrimonio homosexual. Posiblemente crea que la eutanasia es algo diabólico, que las personas deben sufrir hasta la muerte, sin que ningún tipo de cuidado paliativo lo remedie, porque eso las dignifica ante Dios. Quizá crea que la mujer debe seguir sujeta a los dictámenes de su marido, sin que pueda replicar, como sucedía hace cien años; y quizá crea también que sólo tienen derecho a ser recordados los que murieron «defendiendo a Dios y a la Patria», es decir, los sublevados que lucharon contra la República democrática.

Con estas palabras, Cañizares está haciendo un flaco favor a los creyentes, porque aún hay gente que cree a pies juntillas que todo lo que dicen los curas en los púlpitos es palabra de Dios, y la mayor parte de las veces es todo lo contrario. No podemos volver a tiempos pasados, en los que lo retrógrado era lo que dominaba. Hemos de evolucionar, y la evolución y el progreso están en la sociedad y no entre la cera rancia de las velas y el humo del incienso.

Por otra parte, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, mucho más moderado (aunque prelado, al fin) justifica la mansión de lujo de Rouco, junto a la catedral de la Almudena, una mansión de un millón doscientos mil euros, indicando que «en algún sitio tenía que vivir». El piso de lujo, de unos 370 metros cuadrados, que disfruta el cardenal, fue reformado por la diócesis, con un coste de más de medio millón de euros. ¿Esto es una muestra del voto de pobreza que hacen todos los religiosos católicos?

Creo que muchos de los ministros de la Iglesia están perdiendo el norte, están desorientados, y desde luego son ajenos por completo a la doctrina de Jesús de Nazaret. Hablan de la falta de fe, pero son ellos con su actitud y con sus palabras los que han creado que los fieles se desentiendan de esa fe que antaño caracterizaba al pueblo. La gente no es tonta, y se da cuenta de cómo actúa cada uno. La Iglesia nos tiene acostumbrados a que pensemos que lo importante es lo que digan sus ministros y no lo que hagan, pero si ellos no predican con el ejemplo, es lógico que cada vez exista menos apoyo a una Iglesia arcaica que sólo vela por los intereses propios, y eso haga que en España sea cada vez mayor el número de ateos o no creyentes, y menor el de católicos practicantes. De hecho, según las estadísticas más recientes, el número de ateos en España (un país tradicionalmente religioso) es mayor en la actualidad que el de creyentes, y esto es un síntoma del progreso de la población y no de la involución como señala Cañizares.


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