Veinte años después

Viernes, 22 Marzo 2024 21:06

Once de marzo de 2004. 192 muertos y 1.430 heridos. ¿Le preocupó esto alguna vez al Partido Popular?

El día 11 de marzo pasado se recordó que hace veinte años se produjo en Madrid esta masacre terrorista. Todas las fuerzas políticas se habían unido para recordar este dramático hecho, excepto las derechas, que siempre van por otro lado.

Los atentados conocidos por el numerónimo 11M, fueron una serie de atentados terroristas producidos en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid. Semanas más tarde, una operación antiterrorista localizó a los autores en un piso franco de Leganés. Cuando fueron acorralados, los terroristas se inmolaron, muriendo en la explosión también un policía de élite, con lo que el cómputo global de los atentados ascendió a 193 fallecidos, siendo el mayor atentado de la historia de España y el segundo mayor cometido en Europa, por detrás del atentado de Lockerbie de 1988.

Entre las 07:36 y las 07:40 se produjeron diez explosiones casi simultáneas en cuatro trenes de Madrid. Más tarde, tras intentar su desactivación, la policía detonó de forma controlada dos artefactos que no habían estallado. Tras desactivar un tercero, lo que encontraron en él le permitió a la policía iniciar las primeras pesquisas que conducirían a la identificación de los autores.

Los atentados se produjeron tres días antes de las elecciones generales de 2004, y tanto el PP como el PSOE se acusaron mutuamente de ocultar o distorsionar información relativa a los atentados por razones electorales, lo que dio lugar a varias teorías de conspiración.

Por el hecho fueron condenados tres hombres: Othman el Gnaoui y Jamal Zougam, en calidad de autores, y José Emilio Suárez Trashorras, en calidad de colaborador.

Desde el primer momento, el PP se aferró a la idea de que el atentado había sido obra de ETA, pero incluso cuando la policía tenía ya otra línea de investigación más firme y más clara, siguieron hablando de ETA. ETA desmintió que ellos tuvieran algo que ver con el atentado, y ellos eran terroristas y asesinos, pero cuando cometían un atentado lo reivindicaban. Sin embargo, al PP solo le preocupaba ganar las elecciones, y si reconocían que detrás del atentado había una célula islamista, estaban admitiendo que esto era una represalia por el apoyo a la guerra de Irak, y las elecciones se les escaparían de las manos, como así fue.

Sin embargo, después de haber perdido las elecciones no tenía ningún sentido mantenerse en la idea de que la autoría del atentado era de ETA, sobre todo cuando ya ningún indicio apuntaba a esta organización terrorista, y el PP siguió insistiendo en lo mismo. Siguió mintiendo, una y otra vez, sin descanso, alardeando que los que mienten son los otros, y esa forma de hacer política se ha convertido en su batalla diaria.

George W. Bush y Tony Blair, miembros del Trío de las Azores, reconocieron haberse equivocado al pensar que en Irak había armas de destrucción masiva (lo que justificó que se iniciara la guerra), sin embargo, José María Aznar, el tercer miembro del trío, no solo no reconoció nada, sino que en la actualidad sigue manteniendo que la guerra fue un acierto y que el atentado de Madrid no está claro, aunque haya habido unos hechos probados y una condena firme.

No se puede ser más empecinado, ni más obstinado, por no decir «cruel». Pero sobre todo no se puede mentir con más descaro. Todo, para no reconocer su error, porque aunque se condenaran a tres personas como autores materiales de los atentados, el responsable último no deja de ser otro que el propio Aznar, que apoyó una guerra en la que murieron miles de personas inocentes, y eso, junto con la masacre del 11M, debería ser juzgado por un tribunal internacional.


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