Hace dos meses escribía en este periódico el artículo “Ni trenillo ni tren” en el que añoraba tiempos pasados cuando, por lo menos, teníamos un medio de comunicación ferroviario que unía El Puerto con Sagunto, aunque de forma precaria, pues para ir a cualquier destino debíamos hacer transbordo en la estación de Sagunto. Pero ésta tampoco es la mejor solución y lo que ahora, en el siglo 21, pedimos es tener un servicio de cercanías directo con Valencia, que cuenta con todos los parabienes populares, respaldados por 10.000 firmas y el beneplácito de todos los grupos políticos de la Generalitat, pero la cosa se quedó estancada, a pesar de que la Consellería reconoció que RENFE consideraba viable el servicio planteado y que en el informe de INECO se acreditaba la viabilidad técnica y económica para que el proyecto fuese una realidad. Pensemos que deben aprovecharse las infraestructuras existentes para la actual llegada de trenes de mercancías, pero se pidió un estudio con mayor detalle a ADIF y en este momento no sabemos en qué tejado está la piedra.
Tengo un sobrino nieto que, desde muy pequeño, cuando le preguntábamos a dónde había ido, con su “lengua de trapo” nos decía: “De aquí pallá” y, claro está nos hacía mucha gracia, pero en este caso el “de aquí para allá” que, en la realización del proyecto del tren de cercanías del Puerto a Valencia y viceversa, en Madrid lo dejan en manos de Valencia y desde la Generalitat en las Madrid, a nosotros no nos gusta un pelo. Por eso hoy vuelvo a insistir que, como decían desde IP en su audiencia pública del pasado 18 de enero, “de lo que se trata ahora es de conseguir que una y otra institución asuman no solo el proyecto, sino la ejecución de la obra”. A mí me parece mentira que una población como la nuestra, con más de 40.000 habitantes, no tenga comunicación ferroviaria para el personal, siendo que, como decía antes, sí que llegan hasta el Puerto vías para el transporte de mercancias. Hay un proyecto básico elaborado por Iniciativa Porteña que detalla perfectamente la ubicación de lo que sería la estación de embarque y desembarque de pasajeros y el recorrido de la vía de ferrocarril. Y según este estudio el 70 por cien de la población estaría a unos 12 minutos andando de la estación proyectada.
Hay que conseguir esta legítima aspiración, pero para ello hace falta que la reivindicación sea unánime. Se necesita el apoyo de todos, sea cual sea su ideología política. Todos unidos: instituciones, empresas, partidos políticos y Ayuntamiento en una demanda firme y contundente. Si no lo hacemos, al final perderemos el tren.
