Hay varios motivos por los que este artículo lleva el título de felicidades y voy a empezar por deseárselas a los socios y simpatizantes del Casino Recreativo y Cultural de Puerto Sagunto, que me honro en presidir. Sí, Felicidades porque estamos reconociéndoles muchos años de dedicación a esta Sociedad y nunca podremos pagar el interés que han demostrando al seguir siendo base sostenible en la que ha descansado el Casino, aunque sí podemos reconocer sus desvelos por ayudar a fomentar la cultura en nuestra población. Queremos hacerles saber el orgullo, la satisfacción y la felicidad que a todos nos produce el que en nuestro Casino haya personas como ellos. Gente buena que ha sabido ser fiel a una entidad, sin regatear esfuerzos, constituyendo auténticos pilares en los que poder descansar.

 

Creo no equivocarme al afirmar que somos la sociedad cultural que tiene el acta de constitución más antigua del Puerto, pues fue un 26 de diciembre de 1941, a las 10 de la mañana, cuando se reunió la primera Junta Directiva del entonces “Casino Recreativo de Altos Hornos de Vizcaya, S.A., Fábrica de Sagunto” para formalizar la Asociación, quedando legalmente constituida, cosa que fue refrendada quedando inscrita en el registro General de Asociaciones sin ánimo de lucro de la provincia de Valencia.

 

En principio fue sólo para empleados de AHV, luego, desde 1968 la sociedad pasa a denominarse “Casino Recreativo y Cultural de Productores de AHV” dando cabida a todos los trabajadores y, finalmente, desde 1972 pueden ser socios del Casino todas las personas que lo deseen, sean o no trabajadores de la siderúrgica.

 

El próximo día 26 iniciaremos a las 19:30 h, con una exposición fotográfica retrospectiva, proyección de un documental y charlas informativas, un año de celebraciones de este 75 aniversario, que esperamos compartir con todos los socios y simpatizantes. Enhorabuena a todos.

 

Por otra parte, como estamos en tiempo de fiestas, esperando que nos nazca el Niño Dios, para acogerlo en nuestros corazones y llenarnos del amor que nos invita a compartir con nuestros semejantes, no quiero terminar mi escrito sin hacer llegar mis deseos de felicidad a todos los lectores.

 

Es costumbre en Navidad que proliferen los deseos de felicidad, los mensajes solidarios e incluso las aportaciones y ofrendas a los más necesitados. Sin embargo, ya lo he dicho muchas veces, a mi me gustaría que este tiempo de felicidad, esas manifestaciones solidarias, de amor a los demás, se diesen los 365 días del año.

 

Y ese es el deseo que hoy quiero manifestar en estas líneas: que nuestra Navidad sea duradera, que a partir del día 7 de enero, con o sin felicitaciones, el espíritu de la Navidad reine para siempre en nuestros corazones.