Ya hace tiempo que venimos escandalizándonos al ver la gran incultura, por no decir analfabetismo, que hay en nuestros jóvenes. Hace unos meses escuché unas entrevistas televisadas en las que el entrevistador preguntaba temas de geografía y distintos jóvenes entrevistados contestaban perlas como estas: “el río que provocó el Cañón del Colorado fue el Nilo”; “ Egipto no tiene capital, porque es un país” y “España tampoco”; “ El mar que baña Cantabria es el Atlántico”; “Austria es un país muy bonito que está en Alemania”…
La verdad es que me quedé estupefacto, porque parecía que estaban tomando el pelo al entrevistador, pero la triste realidad es que su incultura era muy grande. No me extraña que el propio Juez Calatayud, famoso por sus sentencias culturales a los menores, haya comentado que al preguntar a los chavales por qué estando en tercero de ESO aún no sabían “juntar letras”, siendo que antes han pasado por primaria, primero y segundo, ha recibido como contestación: “es que aprobamos por ley”.
Y esto no sucede sólo en la ESO, actualmente, sigue diciendo el juez, que se pueden aprobar carreras con una asignatura suspendida. Imaginemos que un médico tiene que operarnos con la asignatura de formación quirúrgica suspendida.
Y abundando en el tema, la verdad es que nuestros dirigentes no están favoreciendo para nada la afición por adquirir más cultura. Antes al contrario están fomentando el abofetear nuestra lengua. Sin ir más lejos, recordemos a la entonces ministra de Igualdad, Bibiana Aído, cuando se dirigió a la mayoría de diputadas llamándolas miembras del Congreso, y anteriormente a Carmen Romero, esposa del presidente Felipe González, con su expresión “jóvenes y jóvenas”. Y actualmente el Ministro de Consumo, Alberto Garzón, cuando dijo "Pensemos en estas leyes que ya hemos proponido cambiar varias veces en el Congreso de los Diputados a lo largo de la historia de Izquierda Unida y de Unidas Podemos.
Y cuando ya creíamos que se llevaba la palma la ministra Irene Montero con lo de “portavoza” y al decir a un colectivo de LGTBI en campaña electoral aquello de "Hijo, hija, hije", "todos, todas, todes", nos llega la nefasta propuesta de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para cambiar el concepto patria por el de 'matria': "La 'matria' –dice- es algo que cuida, que trata por igual a todas las partes, que no discrimina a nadie por hablar una lengua determinada". Claro está, las respuestas no se han hecho esperar, porque “Patria” es patrimonio y no tiene nada que ver con patriarcado. Y yo me pregunto ¿todo esto no será por afán de protagonismo? Pues mejor ganarlo reduciendo el paro, que con casi cuatro millones de desempleos ahora es su tarea más prioritaria.
