¡Hasta luego!

Viernes, 29 Julio 2016 15:42

Bien sabe Dios que me cuesta muchísimo hacerme a la idea de que ya no te podemos ver, aunque sigues estando presente entre nosotros, y lo vas a seguir estando hasta que llegue el día que nos juntemos de nuevo en la casa del Padre, donde tú ya disfrutas de su presencia.
 
Sí, Manolita, el cariño con que me has tratado, primero como novio de tu hermana Isabel y luego 51 años como una verdadera hermana, está alojado en mi corazón, y es lo que hace que sigas presente conviviendo en el día a día de mis pensamientos, alimentado por gratos recuerdos en los que siempre se destaca tu gran amor.
 
Un amor que no se ha limitado a la familia, sino que has repartido generosamente entre quienes te han conocido. Esto nos lo ha recordado cantidad de amigos y conocidos, cuando nos preguntaban por ti. Siempre nos manifestaban lo mucho que te querían y, claro está, lo mucho que tú te has hecho de querer. Has sido un gran ejemplo de amor a los demás y lo que es más importante, desde tu humildad y sencillez.
 
Era tanto el cariño y amor que nos tenías que, en este último mes, había días que no querías abrir los ojos porque vernos te daba pena: tú sabías mejor que nosotros que nos ibas a dejar para acudir a la llamada de Dios Nuestro Señor. Otras veces, los últimos días, tu mirada lo decía todo, era una cariñosa despedida cargada de humanidad.
 
Por eso, Manolita, cuando en la Misa del día 21 la Coral San José nos recordaba que “al atardecer de la vida nos examinarán del amor” yo desde mi dolor intentaba cantar con ellos, pensando que tú ese examen lo has aprobado con nota.
 
También ha dado muestra de cariño y amor toda tu familia, que no ha regateado visitas para acompañarte en tu enfermedad; y es que, como leí hace unos días, “la familia es como las ramas de un árbol, cada una crece en su propia dirección, pero las raíces son las mismas” y tú has cuidado de que la savia que absorben lleven el amor hasta la más pequeña de sus hojas.
 
Y no quiero terminar sin decir que también se ha contagiado de ese amor que tu emanabas todo el personal sanitario que te ha atendido: médicos, y sobre todo, enfermeras, auxiliares, etc. Gracias a todos, porque con vuestro buen hacer habéis suplido las deficiencias estructurales del hospital, tanto de medios humanos como materiales.
 
Y nada más, Manoli, es hora de despedirse y yo lo quiero hacer con un emocionado “hasta luego”, hasta que Dios quiera que nos volvamos a ver en su Reino.

Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Más en esta categoría: « ¡A votar! Enseñanzas religiosas »

 

 

SUCESOS

SALUD