De un tiempo a esta parte observamos un constante acoso a la práctica de la religión católica: Retirada de imágenes, crucifijos, etc. en edificios públicos, trabas en la enseñanza de la religión católica en centros de enseñanza públicos, y muchas dificultades en los concertados, etc. Todo ello amparado en que estamos en un estado laico. Es decir un estado independiente de cualquier organización o confesión religiosa, pero en el que debe haber libertad para la práctica de las religiones, incluida la católica. Y digo esto porque todas las trabas que se ponen a la práctica de la religión católica, no se ponen para otras religiones, como la islámica por ejemplo ¿por qué será?

 

Un testimonio de lo que digo es la publicación de una resolución en el BOE núm. 67 de 18 de marzo de 2016, páginas de 20.517 a 20.521, por la que se garantiza a los alumnos musulmanes el derecho a recibir enseñanza religiosa islámica en los centros docentes públicos; enseñanza que será impartida por profesores designados por las Comunidades pertenecientes a la Comisión islámica de España.

 

En un Anexo a esta resolución se dice que “el primer contacto de los niños y niñas con la enseñanza de Religión islámica, a su llegada a los colegios y escuelas, debe transmitirles seguridad, afecto y alegría, para que sea efectiva su integración e inclusión en el centro educativo. Asimismo, se deben organizar, en colaboración permanente y estrecha con sus familias, actividades habituales en las que se expresen con libertad y sean oídos”.

 

Bien, pues por mí de acuerdo. No tengo nada que objetar a que se incluya la enseñanza de la religión islámica en los centros públicos, pero que esto sirva para no poner más trabas a la enseñanza y práctica de la religión católica en los mismos.

 

Como curiosidad, puedo añadir a lo anteriormente expuesto que si bien en la enseñanza de la religión islámica se fija como uno de sus objetivos “descubrir y conocer a Dios y a sus mensajeros e iniciarse en la lectura de los relatos islámicos”, en el currículo de la resolución para la enseñanza de la religión católica justifica la enseñanza de la misma no como una verdad absoluta, ni siquiera como una verdad, sino como una hipótesis que se presenta a los alumnos para que comprueben si ilumina la realidad. Textualmente lo justifica “por la necesidad de respetar y tener en cuenta el conjunto de valores y significados en los que la persona ha nacido, como hipótesis explicativa de la realidad y que se denomina tradición”. Vamos que Dios es verdadero en el Islam y una hipótesis en la religión Católica. Sinceramente no entiendo esta discriminación.