En la Casa de Cultura del Puerto se puede contemplar, hasta el uno de diciembre, una interesante exposición fotográfica con la que se quiere homenajear, según su Comisario, José Vila, a los cerca de 7.500 trabajadores que durante aquella época vivieron de la siderúrgica.
Hasta aquí todo correcto y muy apropiada la muestra en el centenario del comienzo de la citada industria en Puerto Sagunto. Sin embargo, leo en un medio de comunicación de la localidad que “cuando comenzó en 1919 la construcción de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, con la instalación sucesiva de los hornos de Cok, altos hornos, acerería, y trenes de laminación, el fotógrafo saguntino Agustín Montoro comenzó a documentar con fotografías estas instalaciones y, posteriormente, lo hicieron otros fotógrafos como Barberá Masip, Luis Vidal, León San Bernardo o Andreu”.
Pues bien, primero quiero recordar que las instalaciones en donde se obtiene el hierro son “Hornos Altos” y no “Altos Hornos” como se dice en la nota, de la que desconozco su autor (“Altos Hornos” era el nombre de la empresa, primero “de Vizcaya” y después “del Mediterráneo”); en segundo lugar quiero recordar que la constitución de la Siderúrgica fue el 28 de agosto de 1917, aunque la puesta en marcha de sus instalaciones se retrasó y no dio la primera colada de hierro hasta la madrugada del 7 de enero de 1923; y finalmente lo más importante: mi gran extrañeza de que entre los fotógrafos que dejaron constancia gráfica de la historia de la siderúrgica no se cite en la nota al que durante 30 años fue fotógrafo en Altos Hornos de Vizcaya, Manuel Rodríguez Velo, de quien, para más inri, son 55 de las 57 fotografías que se muestran en la citada exposición, mientras que hay sólo una de Luis Vidal y otra sin autor sacada de los archivos de AHV, empresa en la que Manuel entró a trabajar, con 29 años, un 25 de agosto de 1944, como ajustador, aunque dos años después pasó a la sala de dibujo como fotógrafo, profesión que fue siempre su gran afición, junto con la pintura, arte este último que aprendió en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de la Coruña, su provincia natal.
De su afición a la pintura cosechó grandes premios, aunque quizá el que más valoraba era el conseguido en la VI Exposición Nacional de Arte, otorgado por Educación y Descanso en 1947. También obtuvo numerosos premios en fotografía, pero su mayor satisfacción fue haber podido tener ante sus cámaras a importantes personalidades, entre ellas a S.A.R. don Juan Carlos de Borbón.
Dicho esto no me queda más que mostrar con estas líneas un emocionado recuerdo del que fue un excelente fotógrafo y amigo.
