PROCESOS - VI

Martes, 12 Agosto 2014 23:55

 
Aunque en el anterior artículo, ya quedó clarito el significado de “Eficiencia” en el ámbito industrial y respecto a las máquinas y procesos en su desempeño de fabricar o producir bienes… Vamos a reforzar la idea de “Eficiencia” y su diferencia con “Productividad. Seguro que os habéis dado cuenta que con asiduidad repito junto a “Eficiencia” palabras que indudablemente indican que estamos tratando de la “Eficiencia” de máquinas de producción o procesos fabriles, esto es necesario dejarlo claro, pues en otros ámbitos, técnicas y ciencias el significado de “Eficiencia” no es el mismo. Incluso en la misma fábrica no es lo mismo hablar de “Eficiencia” energética de una máquina o motor eléctrico, motor térmico o un reductor, donde lo que se pretende es conocer la eficiencia energética y no la “Eficiencia” obtenida al producir más o menos piezas o artículos, por ejemplo:
 
La eficiencia o rendimiento de un motor o reductor (Normalmente su rendimiento está entre el 60% y el 93%) nunca será el 100%, porque su cálculo se hace “dividiendo la energía absorbida entre la energía entregada” y este cálculo nunca entrega un rendimiento del 100% y aún menos podríamos superar el 100% ¡ni de coña! Pues de ser así, significaría que no hay pérdidas de rozamiento y calor. Estaríamos creando la máquina perfecta y creando energía nueva. El primer principio de la termodinámica (conservación de la energía) niega esta posibilidad, nada se crea si no que se transforma. Pero en los procesos y máquinas de fabricación si podemos alcanzar una “Eficiencia” del 100%, y sin embargo no podemos superar el 100%, no podemos porque ese proceso o máquina ya tiene limitada su capacidad máxima por diseño y en el numerador de la razón ponemos la cifra producida y en el denominador la cifra máxima de su capacidad.
 
Ahora bien, al calcular el indicador de la “Productividad” la cosa cambia, y cambia porque no es lo mismo, eficiencia que productividad, algo que muchos “hexpertos” con hache, confunden o no saben diferenciar. Cuando evaluamos la “Productividad” en forma de ratios o índices la formulamos poniendo en el numerador la cantidad del producto (o el valor monetario) obtenido y en el denominador los medios o el valor de los insumos consumidos, también llamados RECURSOS. Siendo que así, lo normal de este indicador de la productividad, suele ser mayor a la unidad, o mas del 100% del valor de los insumos. Valores inferiores a la unidad, significan perdidas seguras. Esto explica también que es productividad y que es eficiencia en el ámbito fabril. En medidas de EFICIENCIA nunca será mayor al 100% de la capacidad del proceso. Sin embargo, en medidas de PRODUCTIVIDAD de los procesos parciales, ya sea Toneladas/hombre, Toneladas/capital, etc. no se representa porcentualmente, si no en unidades producidas por hombre, unidades producidas por hora, etc ; o en la productividad global de la empresa, en este caso medida en unidades monetarias homogéneas, ya sea en dólares, €uros etc.
 
Ya sé que me estoy poniendo pesado con la productividad, y que además en este artículo deberíamos hablar de la eficiencia, pero me ocurre “Amiguito del alma”, que se me hace imposible tocar la “Eficiencia” de los procesos, sin pasar por la productividad. La productividad y la eficiencia es como el ajoaceite, el ajo y el aceite son factores dependientes, sin ellos no hay ajoaceite. Volvamos a definir la “Productividad” con dos versiones:
 
a) La productividad: Es una relación entre lo producido y los medios empleados para hacerlo.
 
b) La Productividad: Es el cociente que se obtiene de dividir la producción por uno de los factores de la producción.
 
c) Una explicación popular: Hacer más con menos, hacer más con lo mismo, hacer lo mismo con menos.
 
Esta última explicación es la más acertada. Con la explicación primera y segunda obtendremos un resultado que nos indica si lo producido está por debajo, igual o por arriba de lo gastado en unos casos y en otros nos ofrecerá una relación de lo producido con respecto a un recurso empleado, por ejemplo “piezas por hora, toneladas por hombre etc”, pero no nos informa si somos más productivos respecto al ejercicio del año anterior o con la competencia. La tercera definición es más explicativa e explícita, nos dice que hay que mejorar lo que ya hacemos u otros hacen. La “Tasa de productividad” informa de cómo crece o mejoramos la productividad y se presenta en porcentaje o tanto por cien sobre la productividad anterior en el tiempo, normalmente año o mes.
 
La productividad, y también la eficiencia, tienen diferentes formas de evaluarse o medirse. Al analizar el concepto de “Eficiencia” en los procesos y máquinas, habíamos concluido que la “Eficiencia Global del Equipo (OEE) es una herramienta de medir la “Eficiencia” de los equipos de producción (máquinas y procesos) para conocer dónde y porqué se producen desperdicios, y esto se determina al medir sus tres parciales capacidades, o sea su Velocidad o Rendimiento, la Disponibidad, y la Calidad.
 
OEE = Disponibilidad(92%) x Rendimiento(94%) x Calidad(96%) = 0.92*0.94*0.96 = 83%, ya vemos que su OEE es igual al 83%, y vemos que y donde hay que actuar para incrementar su “Eficiencia”.
 
Si su empresa carece de controles o indicadores de los procesos, que al menos le indique en cuales y en qué grupos tiene las perdidas o ineficiencias... su empresa no está por LA MEJORA.
 
Esto decía al final del artículo anterior PROCESOS-V. También decía que en este de hoy trataríamos “El Control de la Eficiencia” con un ejemplo de una máquina o proceso de producción. El ejemplo será “Una máquina de producir mochos de fregona”. Existen dos concepciones de estas máquinas automáticas, una concepción se basa en gran plato giratorio donde se montan cada una de las estaciones de carga/proceso, y una salida de producto acabado, la segunda concepción se basa en una mesa o línea rectangular estática, donde las estaciones de carga y proceso son las que avanzan en transfer o cadena.
 
He elegido este proceso, en honor de Manuel Jalón, militar e ingeniero aeronáutico inventor de “La Fregona”. Murió en Zaragoza el 16 de Diciembre de 1911 a los 86 años. La “fregona” ha sido la mejor y más eficaz “feminista”, permitió la liberación de las mujeres de su “indigna posición de arrodillada” por ser mujer y trabajadora, las señoras tenían criada. Manuel Jalón ha contribuido con su invento a dignificar un trabajo humillante e ingrato, así como a evitar enfermedades como la artritis, la artrosis de rodillas, las infecciones en las manos y las desviaciones en la columna vertebral que sufrían millones de trabajadoras en todo el mundo.
 
En los próximo artículo, además del ejemplo de la aplicación del OEE en una máquina de producir mochos, seguiremos con la PRODUCTIVIDAD y el enfoque que algunas empresas dan a su PROGRAMA de incremento de la PRODUCTIVIDAD, por ejemplo el enfoque de AcelorMittal en Pto de Sagunto.
 
JLGándara
 

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Modificado por última vez en Sábado, 16 Agosto 2014 12:42
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