La “Cita Previa” se impone por El Gobierno y con la complicidad y callada de los políticos de todo pelaje, eso no va con ellos, no va con ellos pero si contra el ciudadano en sus derechos más elementales. Se nos impone en los bancos y en la Hacienda, en la Seguridad Social y en la Administración de Tráfico, en el INSS y el SEPE, en las notarías y en el Registro de la Propiedad, en los ayuntamientos y en los gobiernos autonómicos, en todos sus “Servicios y Aseos”, en las cisternas, ciénagas, WCs y el PROP. Tras la “dictadura” de los bancos y la colaboración del Gobierno y sus periféricos desgobiernos étnicos… se nos aplica la dictadura de “La Cita Previa”. En definitiva, no tenemos una dictadura sino miles, tantas como administraciones y administradores. En este país único, los ciudadanos somos el “culo del derecho”, ser ciudadano es ser menos que un cero a la izquierda… no valemos ni a la derecha. ¡Estamos reconducidos!

En el Régimen del dictador Franco, en la Ley de 1958 del proceso administrativo y en su artículo 37.1 se escribía: «El horario de despacho al público en las oficinas de la administración deberá ser coordinado entre los distintos centros de una misma localidad ser coordinado entre los distintos centros de una localidad y uniforme en cada uno de ellos, y lo suficientemente amplio para que, no se causen pérdidas de tiempo a los interesados. En caso de afectar el servicio a gran número de administrados, se habilitará un horario compatible con el laboral. Hay que ver como se preocupaba el dictador de los ciudadanos ¿Verdad?».

¿Y qué dice ese artículo del Régimen de la Democracia Reconducida del 78? Pues mire, es cien veces más largo y farragoso… pero de los derechos del ciudadano no dice casi nada, Todo está pensado para que el funcionario de silla haga lo que le dé la gana y los Altos funcionarios se toquen los “boliches”. ¡Así de claro!

En el Art. 103 dice esto: «En este sentido, debe señalarse que, al igual que lo acontecido en relación con la Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado, los modelos administrativos deben construirse siempre en función de los ciudadanos, y no al revés». Bueno, pues lo hacen al revés, por “uebos”.

Al parecer se han gastado miles de millones en la “Organización Digital” en empresas auditoras para que escriban “La Biblia y el Corán en verso binario”, y todo este gasto para que los ciudadanos estén alejados de los funcionarios presenciales, y más lejos todavía, de los funcionarios con cargos en mullidos sillones. Si usted pide en cualquier centro de las administraciones hablar con el responsable del “tema” que usted pretende arreglar… no lo va a encontrar, no existe, como mucho le dirán que rellene una instancia para que le concedan cita previa. Ahora bien, en la “Carta de Servicios y sus Fines” en eso que llaman transparencia, con el sello de ISO 9.000 y otros títulos de Calidad Total, con “Q”…son todo poesía y gloria, en papel de lujo a 100 euros la página para su archivo en la Web.

Cambia todo cuando el ciudadano pretende cumplir con toda la parafernalia y papeleo de esta tediosa administración funcionarial, Y cambia a peor para el ciudadano, pero no para ellos. “Entre en la Web y allí lo tiene todo, o llame al Tl. 1188 para pedir Cita Previa... y el ciudadano llama a un Tl. 1188 que es de una empresa privada que cobra tres euros minuto, esto se lo dicen desde la Administración Pública. Esta tiranía del funcionario sobre el ciudadano se inició desde el día que la ideología “comunistoide” ocupó el poder. La ideología igualitaria del comunismo no triunfó en Rusia ni en China por razones de mala digestión de la bondad que representa comerse la igualdad. No se la comieron en Rusia ni en China, pero si que se van comiendo la bondad del ciudadano, desde el estatismo.

Que ganas tengo de que me llegue una llamada desde la Administración, para decirle al “funcionata” que “Pida Cita Previa al Tl. 1188, o entre en mi Web”. Solo nos queda tener la desgracia de que en las próximas “Selecciones de agraciados” nos entre la ideología “fachistoide” en el Estado de Desolación. Cuando escucho esos sermones de “Conciliación Familiar” a los políticos, me producen diarreas fétidas o estreñimiento… algo me pasa, excepto ser indiferente a la demagogia ondulante y concertada con tan mala conciencia. Tiempo para la conciliación se hace necesario por obra y gracia de quienes, tras cuarenta años, nos han reconducido con sus leyes “de despropósitos” a estar sin tiempo para conciliar. En los años sesenta, trabajando 60 horas semanales, no necesitábamos más tiempo para arreglar la conciliación familiar… la inmundicia surgió después.

Las administraciones públicas, emplearon miles de millones de euros en paquetes informáticos, cursillos, monitorización y apoyo de empresas privadas para adaptarse al cambio digital e informático, pero ni un céntimo en sus ciudadanos. Estos impresentables, ahora de golpe, y sin aviso, nos exigen que les hagamos el trabajo que hacían ellos, y nos imponen por “uebos” cuándo debemos ir a hacer su trabajo, y el nuestro; exigiendo de modo general a la ciudadanía, cita previa obligatoria para relacionarse con ellos, incluso para actos tan básicos como presentar documentos en sus registros. La cita previa es, en ocasiones, de difícil obtención e incluso te dirigen a teléfonos de pago en total conveniencia de la empresa agraciada. Aquí, el desgraciado es el ciudadano. Nos queda en el teclado y en memoria RAM, comentar las manipulaciones de las Cita Médica con agenda cerrada. Por qué no hay nadie que sea el jefe inmediato de un funcionario, y hay muchas más preguntas que los ciudadanos tienen sin presentar, pero saben que hay cosas que no casan… y ya está llegando a su colmo.