Que una persona con 46 años fallezca en nuestro tiempo siempre es algo lamentable. Que esa persona tenga cierto grado de popularidad y acarree simpatía entre los admiradores de su arte nos produce una cierta desazón, incomprensible, quizá, porque no llegamos a entender que los adelantos médicos que tenemos no sean suficientes para paliar una situación así, y que los dioses se hayan aprovechado de esa circunstancia para llevarla a su morada, donde descansará en ese Olimpo que nadie ha sabido nunca ubicar con claridad.

Itziar Castro no era una actriz al uso. No destacaba por un físico espectacular (aunque su oronda figura lo fuera) ni por una cara bonita, aunque su estampa, desde luego, no dejara indiferente a nadie y produjera expectación, curiosidad e interés entre sus admiradores, aunque también despertara cierta preocupación, porque una obesidad mórbida, como la suya, siempre puede acarrear dolencias y enfermedades a quien la padece.

Icono de la diversidad, la actriz catalana falleció el pasado día 8 de diciembre. La intérprete fue defensora de los derechos LGTBI durante toda su vida, siendo muy recordado el beso con Ada Colau para abrir el Pride 2019, y había confesado recientemente haber tenido todo tipo de relaciones. Precisamente, las ex ministras Ione Belarra e Irene Montero, tan defensoras de la igualdad, han tenido unas palabras de cariño hacia la actriz, demostrando el aprecio que le tenían a su arte y a su manera de ser.

Había nacido un 14 de febrero, el día de los enamorados, y ella decía que el amor en general era su motor, un amor que hacía extensible «a las mujeres, a los amigos, a la profesión y a sus padres». Todo lo vivía intensamente, por ello, su muerte también ha acaparado la intensidad de una despedida juvenil.

Durante la alfombra roja de la película de Óscar Casas Mi soledad tiene alas, el pasado 4 de septiembre, Castro daba las claves de cómo tenía que ser una relación y cómo se tenía que vivir el amor. «Hay que vivirlo todo muy intensamente. Por durar más o menos una relación no es mejor o peor», comentaba la actriz. Y así, al parecer, lo hacía Castro, que confesaba haber tenido todo tipo de relaciones y haber probado incluso el poliamor. «He tenido todo tipo de relaciones, pero también te digo que a veces es un lío», subrayó.

La editorial Martínez Roca publicó un libro de poemas suyo, Con el corazón por delante, en el que indicaba: «para mí la poesía siempre ha sido una línea recta hacia la emoción. Cuanto menos intervenga la razón y más el corazón más suele gustarme», y sus poemas, desde luego, eran eso: Emoción en estado puro.

En la Feria del libro de Valencia de 2022, estando yo en una de las casetas, pasó ella una tarde con una amiga por delante. Su atuendo era lo menos sofisticado que se puede pedir, lo recuerdo perfectamente: Unos vaqueros enormes (no podía ser de otra manera para que cupiese su cuerpo) y una camiseta desaliñada; y con un descaro casi impropio de alguien que se supone que ha podido sufrir bullying escolar, aunque quizá también con el descaro propio del que ha superado todos los complejos, nos dijo: «¿Tenéis mi libro?».

No lo teníamos.

La chica responsable de la caseta me dijo: «¿Quién es esa tía?». «Es una actriz —le respondí—. Estuvo nominada como actriz revelación en los Premios Goya por su actuación en la película Pieles». «Ah —dijo ella—, no la conocía».
Siempre he pensado que una buena parte de las personas que se dedican a alguna faceta artística, lo hacen desde su condición de introversión o timidez, y también he pensado que así compensan el haber sufrido con frecuencia lo que ahora se denomina bullying escolar.

Seguramente, no a todas las personas dedicadas al arte les sucede o les ha sucedido eso, pero creo que de esa forma, las más introvertidas explotan su potencial interior y hacen que florezca su yo más profundo y más oculto.

No sé si a Itziar Castro se la recordará como una gran actriz. Una actriz de peso, desde luego, lo fue, y no quiero hacer un chiste fácil con su exceso de peso, sino pensar que por su trabajo en Pieles, en Campeones y en Vis a vis, entre otras actuaciones, se la recordará siempre. Y eso es lo que, simplemente, deberíamos pensar de ella.