Banderas

Viernes, 03 Noviembre 2017 17:01

De niño me encantaba dibujar banderas, sobre todo la de España. En mis libretas, las abrieras por donde las abrieras, siempre encontrabas una bandera de España. Una de las razones, supongo, sería el haberme dado cuenta de que era muy malo dibujando y pintar banderas era de lo más fácil. También debió influir el que me crié en una zona donde abundaban los cuarteles y se producían muchos desfiles militares. El caso es que me encantaban las banderas y la más bonita, para mí, siempre fue la bandera de España.
 
Después vas creciendo y poco a poco te vas dando cuenta de lo que simbolizan o representan. Y España no es Francia, tenemos una historia muy distinta. Ignoro si los franceses aman o veneran mucho su bandera, probablemente sí, pero aquí un día, hace ya mucho tiempo, me percaté de que media España ve nuestra bandera con aprensión. Y es que las banderas son uno de los símbolos más representativos de un país o de una comunidad, por ello en este violento país con su ya larga historia de agresiones entre hermanos, el país en el que Machado predijo que una de las dos Españas ha de helarte el corazón, un país tan dividido como este, el blandir banderas se llena de significados hostiles. Todos tenemos unas creencias, unas ideas, cada cual la suya, pero dada la historia de los últimos cien años queda claro que llevar en tu coche o colgar en tu balcón una bandera no es una actitud pacifista que digamos, Y no digo nada de los que la llevan en el reloj.
 
Cerca de mi casa, en un cruce de calles, han aparecido banderas provocadoras en tres de las cuatro esquinas; hay una bandera constitucional, otra republicana y otra del Puerto. Consuela pensar que son fincas altas donde vive mucha gente y que en una de las esquinas no hay nada. Afortunadamente el porcentaje es pequeño, pero por algo se empieza. Estoy seguro de que esas banderas han provocado miradas furibundas o de desprecio de unos vecinos contra otros. ¿Esto es necesario? ¿Para qué? Sería bueno que reflexionásemos un poco sobre el alcance de hondear banderas en este país, esto no es USA donde su gente está tan orgullosa de su bandera que incluso se hacen calzoncillos con ella. Esto es la España donde, en mi ya larga vida, la única vez que he tenido la sensación de que la bandera era de todos fue cuando Iniesta metió un gol y nos hizo campeones del mundo. Aquello sí que fue una fiesta de gran hermandad.
 
Solo esa vez, Y convencido estoy de que me iré a la tumba sin volver a tener de nuevo esa sensación.

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