Esta semana ASECAM (Asociación de Empresarios del Camp de Morvedre) con su presidenta Cristina Plumed a la cabeza, son noticia, buenas noticias, por varias razones, especialmente porque se han salido del cliché tradicional de empresarios individualistas que solo entienden de beneficios y trucos para pagar menos a proveedores, trabajadores y Hacienda y cobrar más a sus clientes. Pero no solo salen de ese cliché sino que además se les nota una sincera preocupación por la innovación y desarrollo con iniciativas y éxitos concretos y palpables, por ejemplo recibir el premio BONUS por reducir la siniestrabilidad, no haber sufrido sanciones en materia de Seguridad Social y cumplir positivamente en el tema de la prevención de riesgos laborales.
Pero no solo eso, hay más: acaban de realizar un encuentro muy novedoso con empresas y empresarios para hablar de Economía Circular, un original sistema organizativo que aúna el respeto y cuidado del medio ambiente desde el punto de vista ecológico, reduciendo, reutilizando y reciclando, con nuevos métodos más productivos y ventajosos. Es estupendo que, aunque sea con treinta años de retraso, los empresarios españoles, al menos los de aquí, tomen conciencia de la emergencia climática que ya tenemos encima y que empiecen a tomar medidas que mejoren la sostenibilidad del sistema económico y alimentario mundial a la vez de buscar la máxima productividad y eficacia posible, cada cual en el ámbito o lugar que ocupa en la sociedad, respetando y preservando el planeta. Aquí no está de más recordar que no es el planeta el que está en peligro: el planeta no va a reventar, somos nosotros, los seres vivos, los que estamos en serio peligro de extinción.
Greta Thunberg, la joven que ha hecho mundialmente famosos sus alegatos a favor del medio ambiente, la que ha sido capaz de movilizar a millones de adolescentes para reclamar y exigir respeto por el planeta a los mayores, ese planeta que ellos tienen que heredar, en estos días está haciendo de nuevo otro llamamiento, esta vez a los trabajadores de todo el mundo para convocar una Huelga General con carácter Mundial para el día 20 de septiembre, con la exigencia de que ya mismo se tomen las medidas de carácter urgente que sean necesarias para cambiar la deriva desastrosa que la sociedad capitalista viene imponiendo a nuestro ecosistema y con ello al conjunto de los habitantes de este planeta. Resulta terriblemente suicida que los dirigentes mundiales con capacidad para cambiar el rumbo de las cosas parezcan no entender ni ser conscientes de que van en el mismo barco que todos los demás.
A mí no me consuela hundirme junto a ellos, creo que será más positivo forzarles a salvarse. Y solo existe un modo de hacerlo.
