Desastre total

Viernes, 28 Junio 2019 16:06

La despedida del cuatripartito municipal no podría haber sido más espectacular. Ahora, cuando se han puesto en marcha las actividades veraniegas: Servicio de Socorrismo de Playas, Escola d’Estiu, Campus Delfín y Puntos Accesibles, resulta que no hay personal suficiente porque las bolsas de empleo correspondientes no se han habilitado en tiempo y forma. Inaudito. Fíjense cómo será el desbarajuste, que este mismo jueves se realizaba la baremación de las pruebas de acceso para socorristas, cuando ya hace prácticamente quince días que se puso en marcha el servicio, con no pocas deficiencias, tanto por falta de profesionales como por materiales deficientes.

Otra muestra más del despropósito: tanto el miércoles como el jueves se quedaba sin servicio de socorrista la piscina de Inter núcleos porque han desviado a este personal hasta el Campus Delfín, donde, por cierto, han tenido que echar mano de una empresa privada para suplir las carencias que se han producido en materia de personal. Todo, por esta clarísima falta de planificación, además, con el agravante en este caso de que al no limitar el número de plazas, se han visto totalmente desbordados en el Campus Delfín y sin contar con la debida plantilla. Por cierto, eso de contratar compañías privadas no es que vaya muy en la línea de potenciar lo público.

Hasta donde habrá llegado el escándalo, que los usuarios del punto accesible, que son los principales perjudicados, se han visto forzados a denunciar la situación, asociando esta desorganización a dos posibles causas: la falta de capacidad de la, hasta ahora, concejala de playas, Mónica Caparrós, o un intencionado deterioro del servicio para justificar su posterior privatización. Esto, desde luego, va en línea con la contratación de empresas privadas.

Hay cuestiones que no se pueden planificar ni prever, como, por ejemplo, una gota fría, un incendio forestal, un accidente, en fin, algo fortuito, pero que el cuatripartito no haya sido capaz de organizar algo que, sí o sí, había que poner en marcha para este verano, es, a todas luces, incomprensible. Hay que ser malos gestores, rematadamente malos, para que se den estas situaciones que el veterano dirigente sindical de CCOO, Juan Miguel Calomarde, asocia, muy finamente, a la dejadez y falta de previsión. ¿Cómo puede haber falta de previsión en algo que se sabe a ciencia cierta que va a suceder? Increíble, ¿verdad?

Bien pensado, no es tan extraño que le ocurran estas cosas a un equipo gestor que de 22,5 millones de euros que tenía para inversiones en 2018, solo fuera capaz de gestionar el 10%, y eso que el anterior cuatripartito ha sido el que más liberados ha tenido hasta la fecha. Menuda herencia recibe el nuevo alcalde, Darío Moreno, del señor Fernández.


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