En el transcurso de la asamblea que celebraron los vecinos, convocados por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Sagunto para tratar asuntos relacionados con la empresa de aguas, se puso de relieve que esta compañía adjudica contratos a mercantiles relacionadas con Aguas de Valencia, que, como es público y notorio, ostenta el 49% de las acciones de Aguas de Sagunto. Aquí se podría aplicar aquel dicho popular que dice: «Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como».
Tal y como se recoge en esta edición, Aguas de Sagunto adjudicó el contrato de servicio de lectura de contadores de agua potable y mantenimiento de la red del municipio de Sagunto a la empresa Medición Avanzada de Contadores, S.A., por un importe cercano a los 400.000 euros. Pero, miren ustedes por dónde, la empresa beneficiaria es propiedad del socio mayoritario de Aguas de Valencia. Aquí, al hilo de esta cuestión, encaja una pregunta como anillo al dedo: ¿serán este tipo de contratos los que andaban buscando los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Comisaría General de Policía Judicial, en las dos visitas realizadas a Sagunto? Como todo está bajo el secreto de sumario, a veces es inevitable especular.
Ya supongo que al ostentar el Ayuntamiento de Sagunto el 51% de los votos en el consejo de administración de la empresa mixta del agua, sus representantes en este órgano de la compañía velarán en todo momento por defender el interés general, por tanto, no cabe pensar en ningún instante que estas prácticas, con las que podría beneficiarse al socio minoritario, obedezcan a intereses oscuros e inconfesables. Personalmente, no tengo ninguna duda de la honestidad e integridad de nuestros representantes en el consejo de administración de Aguas de Sagunto, pero, como en esta España nuestra hay tantísima corrupción y teniendo en cuenta, además, que, como ya he mencionado, por esos ámbitos han ido a investigar los caballeros de la UDEF, es lógico que la ciudadanía desconfíe mucho y piense en lo peor.
Dicen que la mujer del César, además de honrada tiene que parecerlo, sin embargo, con estas prácticas, es fácil que enseguida se extienda la sombra de la sospecha, porque, por ejemplo, si en vez de ser Aguas de Valencia el socio minoritario, fuera Aguas Marcianas, ¿el contrato de servicio de lectura de contadores de agua potable y mantenimiento de la red del municipio de Sagunto se le habría adjudicado a Medición Avanzada de Contadores, S.A. o a Milimétrica de Marte, compañía del mismo extraterrestre que Aguas Marcianas, claro está? En definitiva, que la mujer del César es honrada, pero, en este caso, lo parece más bien poco. Las formas cuentan.
