Estas confusas y tensas semanas confirman las peores previsiones que podíamos hacernos los ciudadanos hartos ya de corruptos y de politicastros chupópteros. Las dos facciones están en lo mismo pero es tan vergonzante su decisión que no se atreven a explicitarla sin temor a que sus mismos votantes les corran a pedradas. Desde el pasado diciembre están frente a la dicotomía de capitanear un frente de izquierdas o maniobrar para que gobierne Rajoy. Decididamente están por lo segundo, pero ni los unos ni los otros tienen una excusa mínimamente creíble: su enfrentamiento consiste en que no saben cómo venderle la cabra a sus propios votantes: no saben cómo van a explicarles que trabajan para posibilitar otros cuatro años más de Rajoy. Se nota demasiado que para eso están, que esa es su principal función en estos momentos y que lo demás no son más que fuegos artificiales.
Esto se debe a la aparición de otros partidos, mareas, el 15M, etc, que han hecho aflorar a los socialdemócratas sus propias contradicciones. Llevan décadas marginando a IU pero ahora les han salido competidores capaces de ponerles frente a sus numerosas mentiras. Y se les ve el plumero: después de meses de teatro y postureo al final tendrán que complacer al IBEX 35, que es lo suyo.
Me consta que entre los afiliados y votantes del PSOE existen excelentes personas de izquierdas. Les respeto de corazón, sé que entre ellos hay muy buena gente, no tengo la menor duda. Pero tendrán que respetar también la opinión de los que conservamos la memoria, soy uno más de los que no me he olvidado de los Gal ni de la cal viva, ni de Filesa, ni Roldán, ni ERES, ni de quién nos metió en la OTAN… Sé que son recuerdos molestos, sé cómo la prensa arremete contra los que nos resistimos a la amnesia programada, contra los que no perdonamos lo que no tiene perdón, ni olvidamos lo que no se debe olvidar. Pero ¡ojo! quiero dejar claro que yo no vivo en función de los recuerdos sino que estoy hablando de hoy y aún más de mañana, porque de aquellos polvos proceden estos lodos y los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.
Lo triste, lo dramático, lo más seguro es que vamos a volver a vivir un nuevo período negro y, aunque la culpa no sea exclusivamente de las dos facciones del PSOE, van a tener mucho, muchísimo, que ver con ello.
Me encantaría equivocarme. Esto se va a ver pronto, lo más tarde el año próximo. Me encantaría tener que desdecirme, tener que pedir perdón por ser radical juzgando a los socialdemócratas y no tengan duda de que lo haría, no se me caerían los anillos si tuviese que reconocer mi equivocación. Pero no creo.
