No es no

Viernes, 02 Septiembre 2016 15:40

Los partidos llevan todo el verano haciendo de la política un juego de trileros donde nada importan el pueblo ni sus necesidades. Cuentan con la inestimable colaboración de los medios, que para eso están y se les paga. Se habla de pactos, pero no nos cuentan nada acerca del contenido de los mismos; hablan de líneas rojas pero realmente no dicen nada sobre nada en concreto. Al parecer no tenemos por qué saber y no hay nada que decirle al pueblo. Será que del pueblo y sus necesidades no va la cosa.
 
Pedro Sánchez tiene un gran problema viéndose, como se, ve atrapado entre lo que él sabe su obligación, o sea, no aceptar ninguna de las ofertas que vengan de la izquierda, que de ser aceptadas significarían para el PSOE reconocer que ya no son ellos los únicos que representan a los ciudadanos progresistas y aceptar que, a partir de ahora tienen que contar con la presencia de una nueva y dinámica fuerza política de izquierda, o sea, para ellos la competencia.
 
Durante su fallida investidura maniobró muy bien. Sabía que iba contra la aritmética, que no iba a ser investido, pero su propósito no era ese, al menos el principal, su problema era y sigue siendo evitar la foto con Podemos, que nadie de los de arriba le pueda llamar rojo. Fue muy hábil pactando cualquier cosa en pocas horas con Ciudadanos (aunque impedía que ningún partido nacionalista les pudiese apoyar) porque eso le garantizaba que no podría pactar tampoco con Podemos. Está claro que era de eso lo que se trataba. Luego, con un enorme apoyo mediático, insistió en que o les daban el voto por la cara o Podemos estaba colaborando con el PP. Fue hábil y creativo, con un derroche demagógico como pocas veces hemos visto. Y le salió bastante bien, salvó el tipo y consiguió desgastar a Pablo Iglesias y los suyos. Lo de la investidura era lo de menos, no se trataba de eso. Consiguió lo importante, maniobrar para no hacer lo evidente y lógico... pero prohibido: sentarse a hablar con la izquierda para presentar una candidatura de progreso con posibilidades reales de gobernar. Y le fue muy bien gracias a la inestimable colaboración de la prensa apesebrada.
 
Hoy lo que debería de tratar sería impedir que el PP vuelva a gobernar, o al menos que Rajoy, el «padrino» de un partido corrupto hasta las cejas, no fuese el investido, pero no está en condiciones de conseguirlo. Sus trapaceras maniobras le están llevando a un fracaso rotundo que sus compañeros de viaje y la misma prensa que tanto le apoyó, mientras su línea de trabajo fue impedir un posible gobierno progresista, no le van a perdonar.
 
La pelota sigue en el tejado, pero todo parece indicar que las oportunidades se le acaban.

Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Lo último de Miguel Álvarez Lozano

Más en esta categoría: « La Playa Lo nuestro »

 

 

SUCESOS

SALUD