Francesc Fernández, como alcalde de la ciudad de Sagunto, ya ha iniciado su mandato. Se supone que, en el acuerdo suscrito entre ADN Morvedre y Compromís, es donde se ha diseñado la hoja de ruta. La primera parte del mismo, no es más que una relación de buenas intenciones poco definidas, que, lógicamente, se tendrán que ir concretando en los próximos presupuestos. Es, precisamente, en las cuentas municipales, donde se expresa con exactitud la verdadera voluntad política. En la segunda parte de este documento, la que describe el reparto de competencias, se ve con claridad meridiana quién es quién en esta alianza.
Compromís ha hecho una selección quirúrgica de las áreas y delegaciones, que, naturalmente, le proporciona el control absoluto del aparato municipal. Sin embargo, este diseño, al ser tan ambicioso, tiene mucho más alcance, puesto que, en todos los asuntos relacionados con contrataciones, mantenimientos, quejas vecinales, reparto de subvenciones y control de SAG, Aigües de Sagunt y Consell Agrari, también habrá un edil de Compromís. Sin perder de vista que las tenencias de Alcaldía de El Puerto, Baladre y Almardá, han ido a parar a manos de los nacionalistas. Todo esto, bien manejado, dará mucho rédito electoral a Compromís.
Los tres ediles de ADN Morvedre van a pagar la novatada, que para eso son nuevos en la plaza. Las competencias que les han tocado en suerte, que, según el propio alcalde, han sido las que ellos mismos han solicitado, habría que clasificarlas en dos tipos: las de nombre rimbombante pero de escasa relevancia o las que son auténticos marrones. Desde que el PP puso a Isabel Bonig al frente de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, allá por el 2011, quedó claro que el urbanismo ya no era negocio, La situación no ha cambiado en 2015, ni lo hará en los próximos 4 años. Por tanto, la Delegación de Urbanismo en manos de don Pablo Abelleira no le proporcionará más que dolores de cabeza. Son varios los líos que hay pendientes de resolución, entre ellos, el del Malecón. La Delegación de Personal es otro muerto de proporciones estratosféricas, que se van a comer los ediles de ADN Morvedre. En cuanto a la Delegación de Servicios Sociales, con la situación existente en la ciudad y con la promesa de que nadie pasará hambre en este pueblo y nadie se quedará sin techo, también va a ser extremadamente complicada.
Un último apunte, le van a faltar horas a Teresa García, que se ha echado sobre la espalda una buena parte del peso de la gestión municipal y que tiene que compartir estas responsabilidades con las de diputada autonómica.
