El día 24 no sé si la UPyD tendrá votos suficientes como para obtener representación en el Ayuntamiento de Sagunto. Espero que sí, porque creo, sinceramente, que sería una verdadera pena que Bernardo Bartolomé se quedara fuera de la futura Corporación. De todos los candidatos que concurren a estas elecciones, me parece que este hombre dice realmente lo que piensa, sin importarle realmente que sus opiniones le perjudiquen o le favorezcan electoralmente. En esta campaña electoral que concluye esta noche, hemos visto de todo, de hecho, muchos candidatos me han recordado aquellos charlatanes de feria que regalaban el oro y el moro, aunque el que regala bien vende.
Aquí, la mayoría de los aspirantes a ocupar la Alcaldía nos han contado muchas milongas, nos han vendido lo que queríamos comprar: ¿usted qué quiere, una moto?, pues yo le voy a regalar tres. ¿A usted cuánto le han prometido de subvención? ¿20.000 euros?, si yo soy el alcalde le daré 60.000. En estos términos, aproximadamente, ha transcurrido la campaña electoral. Aquí, casi todo el mundo se dedica a venderle la cabra al que la quiere comprar. Que el candidato de UPyD se atreva a decir que no es partidario de que se financien con dinero público los festejos taurinos, se mire como se mire, es nadar contra corriente. ¿Se ha vuelto loco el señor Bartolomé? ¿Ha perdido la chaveta? A mí me parece que, ante todo, ha sido honesto. Por fin, algún aspirante a político que es capaz de decir lo que realmente piensa, cuando hay cabezas de cartel que no le dicen la verdad ni al médico.
Habrá gente convencida, con toda seguridad, de que Bernardo Bartolomé cree que no va a salir, y que ese pensamiento le da mucha más libertad para decir lo que piensa. No sé si será por eso o porque está harto de tanto vendedor de humo profesional, pero, en todo caso, ya tenía ganas de encontrarme con alguien que valore más el discurso que los votos. Que hasta la fecha, más de uno se coloca una urna en la cabeza y tanto promete que, en lugar de un político, parece de la Factoría Disney. Lo que menos importa es que después del 24 de mayo se cumplan o no las promesas, lo verdaderamente trascendental es conseguir buenos resultados el día de las votaciones.
En definitiva, que Bernardo Bartolomé es un candidato atípico, un hombre poco amigo de ir a esos saraos que se suelen montar en los procesos electorales y que para nada sirven. Además, ha hecho una campaña bastante más austera que la desarrollada por los chicos de Podemos - ADN Morvedre, que ya es decir. Mucha suerte el domingo, Bernardo.
