Lo paradigmático (no sé lo que significa, pero queda bien) fue, la Alcaldía de Córdoba con Julio Anguita de Alcalde desde 1979 y que duró dos legislativas, reelegido con mayoria absoluta en el año 1983. Al "Califa Rojo" lo votaban hasta los “fachas” porque lo hacía bien. La gente votaba al alcalde y no al PCE, ni a Izquierda Unida. En las últimas elecciones IU en coalición con otros comuneros sacó un 8,9%, vamos una miseria, nunca Anguita hubiera sido alcalde por la hoz y el martillo, pero menos con Llamazares. El caso de Anguita no es único, la práctica de estos años de democracia ha demostrado que cuando un alcalde lo hace bien, la gente lo apoya, sea cual sea su partido, sean cuales sean las siglas por las que se presentó. En este nuevo sistema, basado en las personas y no en las siglas, los alcaldes aceptados por todos, por encima de las ideologías, sacarán más votos todavía, una vez que nos hayamos quitado las caretas de los pasteleos y los pactos.
Ya solo les cuento el caso de mi pueblo residente, Almussafes. En este pueblo gobierna una coalición desde hace ya dos legislaturas, BLOC y PP ¿Qué tal? Que cojones tienen de política en común el BLOC y el PP. Ninguna “aceite y agua”, solo tienen en común evitar que gobierne el PSOE que obtuvo mayoría, pero no absoluta todas las legislativas. Menuda canallada le han hecho al PSOE (que aquí, en Almussafes, no para de quejarse, y ahora otros del PSOE escriben y dicen que eso de "pastelear"... si es DEMOCRACIA) y a los ciudadanos que votaron en mayoría a un futuro alcalde socialista y no del BLOC ni del PP. ¿Qué tal?
En tiempos de María Castaña, o sea, en tiempos de Franco; los alcaldes eran elegidos por “elecciones libres y democrático-orgánicas”, cada cuatro años. Era un modelo perfecto, sin conflictos y de un coste o gasto cercano a cero. Los alcaldes surgidos de estas elecciones eran tan eficientes que algunos alcaldes seguían año tras año, si así lo quería EL GOBERNADOR, ¡Mandaba huevos! Así era la DEMOCRÁCIA ORGÁNICA. Los órganos democráticos eran tres, el Tercio Familiar, el Tercio Sindical y el Tercio de Entidades.
El Tercio Familiar: Por elección entre los vecinos cabeza de familia. Familias debidamente homologadas del Régimen y por el Régimen. ¡Naturalmente!
El Tercio Sindical: Por elección de los órganos sindicales del municipio. Del sindicato vertical CNS, debidamente representado en elecciones libres, libres de comunistas.
El Tercio de Entidades. Por elección entre los candidatos que proponía el Gobernador Civil al Ayuntamiento, lo de las "entidades" el gobernador se los pasaba por el forro. Siempre salía, democráticamente, el que proponía el GOBERNADOR, ¡Mandaban huevos!... del gobernador.
En este nuevo tiempo, después de María Castaña o en tiempos post-franquistas; los alcaldes son elegidos por elecciones libres y democrático-orgásmicas. Así es la DEMOCRÁCIA ORGÁSMICA. Los orgasmos democráticos pueden ser muchos y de diferente intensidad, depende del asunto y momento. El momento más importante es sin duda el momento electivo del alcalde, y que al igual que en la era franquista hay tres tercios: Elecciones Municipales, Negociaciones Orgásmicas de los partidos, y Votación Orgásmica para designar alcalde. Como se puede observar en estos tercios solo dos son orgásmicos, el segundo y el tercero, el primer tercio es de “sumisión”.
Elecciones Municipales: En esta fase o primer tercio, se vota a los partidos políticos que se presentan con su lista de “Capullos” ya seleccionada por el partido. Es una fase “No Orgásmica” porque aquí son los partidos quienes con descaro y sin verguenza ofrecen sumisión y peloteo al votante, pretende cautivar al ciudadano con sus cantos de sirena, y su programa de promesas paradisiacas que nunca aplicará. Votamos los ciudadanos mayores de edad y residentes en el ayuntamiento, pero no elegimos alcalde, ¡No! Los eligen “Ellos” esos profesionales del encanto y la mentira.
Negociaciones Orgásmicas: Tampoco aquí votamos al alcalde, ni siquiera votan los partidos. Si hay algún partido que haya conseguido mayoría absoluta de concejales, designarán como alcalde al “Primero de Lista” y con suerte le regalaran alguna concejalía al partido con pre-acuerdos a espaldas del ciudadano. Si nadie sacó mayoría absoluta, se producirá un elevadísimo “orgasmo” negociador y de trapicheo entre y con los partidos perdedores, en esta Democracia Orgásmica el pueblo participa en la farsa, pero nunca elige, si no que elige el ÓRGANO o falo erecto más potente.
Votación Orgásmica: Este tercio, se produce en el momento cumbre en que hay que votar al nuevo alcalde entre todos los concejales. Se realiza un “paripé”… que como define el diccionario, consiste en: Engaño o fingimiento que se hace para guardar las apariencias o para conseguir lo que se desea. Lo dicho, una farsa o comedia, pues antes del voto todo está trapicheado, un “toma y daca”. - yo me quedo con el “Sillón” y te doy una concejalía - Esto sería el “bipartidismo”. Podrían repartirse entre tres o cuatro, tripartitos y cuatripartitos, y no importa que sean de colores dispares, el caso es que no sea nombrado el que más votos sacó, ¡que no sea alcalde quien el pueblo eligió, el que recibió más votos en sufragio libre y directo!
Hasta hace muy poco todos los partidos presumian de tener en su ideologia el voto directo, es más el voto asambleario. Es indudable y no sirven matices ni retorcimientos dialécticos para querer justificar la actual dictadura de los políticos profesionales para poner a los alcaldes y repartirse las concejalías en nuestros pueblos y ciudades. ¿Cuál es la razón por la que no se permita al pueblo designar directa y libremente al alcalde? Un alcalde que la mayoría de los ciudadanos les dé su confianza, y no puesto por el trapicheo de unos cuantos “mamones” presupuestarios. ¡No le quitéis al pueblo su elección, su derecho, Capullos!
Me importa un carajo que sea el PePé o la Pepá quien ahora pretende cambiar el sistema, antes lo reclamaban otros muchos partidos políticos que ahora disienten y se traen raras razones de mierda política para justificar lo que no lo es. En la mayoría de países europeos se eligen a sus alcaldes de forma directa y no de forma ORGÁNICA y fálica. Si la forma de elecciones libres y directas son las verdaderamente democráticas por definición, aún lo es más cuando se trata de gobernar un municipio, gobernar el presupuesto de nuestros impuestos recogidos en la ciudad y para la ciudad. Ya está bien en utilizar la política en nuestros pueblos para hacer carrera política en los partidos y ocupar puestos políticos de más alta remuneración. Ya está bien de que los alcaldes se cobijen bajo el paraguas de las siglas de su partidos, ¡Son partidarios! Partidadarios del falo, pues que se lo metan donde les quepa, ya tuvimos de sobra con Franco.
Los hay que justifican su antidemocrática visión de no permitir el voto directo, con razones de que el PP tiene miedo de perder alcaldías, incluso les acusan de “golpe de estado”… ¿Las alcaldías que vote el pueblo en libertar y directamente son del PP? ¿O tendrán que dejarlas los del PP, si el pueblo vota a otros alcaldes y concejales? Pues que sea LO QUE DIGA Y VOTE EL PUEBLO, y no lo que unos… sin el voto mayoritario del pueblo trapicheen a hurtadillas del pueblo y contra la decisión de la mayoría. Claro que hay quienes entienden que la unión de “concejalillos” de colores y pensamientos distintos… y muy distintos, forman MAYORIA. Esta MAYORIA es un engaño, un artilugio… una estafa. Estaríamos ante LA DICTADURA DE LAS MINORIAS NO DESEADAS. ¡Maldita sea! Hemos cambiado de la Democrácia Orgánica de Franco a la Democrácia Orgasmica Fálica.
