Esto es lo que decía en el artículo primero de Nikita-I. ¿Y porqué admiraba a Nikita? Quizás sean varias las razones, la primera debió ser porque su gobierno correspondía a mi edad formativa de joven (Entre los 13 años a los 21), formativa y presente en aquel momento del año 1964. Nikita era el máximo representante del “Estado del Proletariado”, el estado que representaba a la clase trabajadora, a la clase obrera, esa era otra razón, y la tercera, sin duda, era a causa de ser un hombre excepcional ¡Que tio! Nos tenía embelesados y seducidos, a una gran mayoría de los trabajadores del mundo, en su país, y en los países del imperio soviético.

 

El año 1962 lo pasé en París, vivía en Saint-Germain-des- Prés, barrio parisino. En el ambiente obrero e intelectual de izquierdas, en la fábrica parisina donde trabajaba, y en el “Foyer des jeunes”, donde residia, se debatía sobre los rumores de las represiones estalinistas contra ciudadanos y cuadros disidentes en la URSS, de la superioridad de la URSS sobre los EEUU, y de las disidencias políticas de Mao, Yugoslavia y Albania. Estos le disputaban la hegemonía política del comunismo a la URSS.

 

La convivencia en un ambiente democrático, donde había pluralidad de criterios y donde los diarios daban información libre y variada, hacia que mis creencias políticas bipolares entrasen en crisis. La bipolaridad, los buenos a un lado y los malos al otro, era lo que funcionaba bien en mi mente así conformada. El comunismo y republicanismo, que mi padre y una mayoría de los trabajadores profesaban, constituía uno de los polos y el otro era el gobierno de Franco junto al clero. En Francia, lo que en España era tan simple, se me complicaba y necesitaba razonar y filtrar las noticias, ideas y conceptos que a mi cerebro confluían cada día. De todas formas, yo lo tenía muy claro; si Nikita era el jefe de gobierno de la Rusia comunista y condenaba la política del difunto Stalin, promovía la coexistencia pacífica, frenaba el armamentismo e impulsaba la producción de “mantequilla” para la población rusa… ¡Eso era lo correcto!

 

Sin duda el mayor atractivo de Nikita, fue su fuerza dialéctica, su apertura personal al mundo y su impulsiva y arrolladora vitalidad. Su enfrentamiento a EEUU en defensa del régimen cubano y su famosa protesta en la ONU con el zapato en la mano golpeando su pupitre. Quiso modernizar y democratizar el sistema comunista, pero no le dejaron los del… “Pensamiento económico dominante”, el establishement que en aquella época también andaba por allí. ¡Jodido establishement!

 

Aquí os dejo unos enlaces para videos, he elegido los que creo más representativos para la personalidad de Nikita.