Empezó el baile

Viernes, 27 Septiembre 2019 23:23

Hay que ver cómo está la oposición municipal, que de todo se queja. Dicen que, desde que tomó posesión el nuevo Gobierno local, los plenos están como los cocidos sin un buen arreglo: desustanciados. Que hay semanas que no se celebra ni una comisión informativa y, por consiguiente, los órdenes del día de cada sesión plenaria serían raquíticos si no fuera por las mociones que presentan los grupos políticos. Todo esto para concluir que, pese al mogollón de liberados, la gestión es bastante pobre.

No estoy aquí para defender al nuevo alcalde, Darío Moreno, pero, de los plenos sin contenido ya se hablaba hace un año, incluso más tiempo, cuando ocupaba la Alcaldía el nacionalista saguntino Francesc Fernández. En todo caso, se puede decir que llueve sobre mojado, pero demos tiempo al tiempo, esperemos a que haya un nuevo presupuesto municipal y, a partir de ahí, veremos si se mantiene la dinámica o se produce algún cambio.

En el ejercicio de 2018, el anterior cuatripartito solo fue capaz de gestionar un 10% de todas las inversiones incluidas en el presupuesto, que ascendían a 22 millones de euros. Este año, entre ponte bien y estate quieto, todo parece indicar que, de las inversiones previstas en las cuentas municipales de 2019, la ejecución será todavía más baja. Tengamos en cuenta que la campaña electoral empezó realmente en el último trimestre de 2018, luego llegaron las elecciones, después el cambio de gobierno, el aterrizaje de los nuevos gestores y las vacaciones de agosto, así que, con semejante desbarajuste, este 2019 va a ser en términos prácticos una verdadera nulidad, un año perdido.

El don de la ubicuidad, del que gozan nuestros políticos, tampoco ayuda. Salir de ‘bolos’ implica restarle mucho tiempo al trabajo productivo. En los casos de gobiernos formados por varios partidos, para compartir los minutos de gloria, se van de bolos en comandita, lo cual es un agravante. Ya dijo Francesc Fernández que, de su mandato como alcalde, lo que más le había sorprendido era el tiempo que requería atender la agenda social. No le faltaba razón. En este caso también se pueden extraer conclusiones tan interesantes como, por ejemplo, que los políticos que más salen en las fotos son, sí o sí, los que menos tiempo dedican a la gestión del día a día. Deben ser las nuevas formas de la política, donde el marketing sirve lo mismo para un roto que para un descosido.

Esperemos a que se aprueben los presupuestos municipales de 2020 y dejemos hacer al equipo municipal. Sabido es que, en política, cuatro años no son nada, ya dijo el anterior alcalde que las legislaturas deberían de ser más largas, de seis u ocho años, sin embargo, el baile termina de empezar.


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Modificado por última vez en Sábado, 28 Septiembre 2019 00:02
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