Cuando cualquier gobierno quiere suprimir determinados servicios o ayudas sociales, lo que siempre hace es anular o recortar esas partidas del presupuesto y, a partir de ahí, con decir que no hay dinero, el tema se zanja, porque, además, no hace falta dar más explicaciones, si no hay dinero, no hay dinero, eso lo entiende todo el mundo. Sin embargo, el que haya o no haya fondos para una determinada actuación, no es fruto de la casualidad, siempre es consecuencia directa de una decisión política. Hace muchos años aprendí que la voluntad política se escribe en los presupuestos, es decir, que una cosa es la palabrería, el quedar bien de los políticos, y otra bien diferente son los proyectos que cuentan con la correspondiente consignación presupuestaria. Estos últimos son los que saldrán adelante, lo demás, engañabobos.
Todo lo anterior viene a cuento porque el concejal de Urbanismo, señor Abelleira, ayer mismo dijo que no hay dinero para acometer la cúpula acristalada del salón de actos que se contempla en el proyecto de remodelación del edificio del Casino Gerencia. Esto significa que dicho espacio, donde se realizan reuniones, presentaciones, exposiciones y baile, entre otras actividades, pasará a convertirse en un patio interior descubierto, con lo cual, este edificio se queda sin su salón de actos. No hay que ser ninguna lumbrera para darse cuenta de que, con esta medida, pretenden reducir a la mínima expresión las actividades que pueda realizar el Casino Recreativo y Cultural, que, por otra parte, es una de las asociaciones más antiguas del núcleo porteño.
Tras esta decisión política del cuatripartito, no hay más objetivo que el de segarle la hierba a la entidad que ocupa el edificio, y ver si, poco a poco, desaparece otro signo de la identidad porteña. Como hubiera sido un escándalo sin precedentes desalojarlos de estas instalaciones, hay que ir poniendo piedras en el engranaje para que, al final, caigan por su propio peso. Sin embargo, sepan que el daño no afectará solo al Casino Recreativo y Cultural y a sus socios, claro que no, el perjuicio se extiende al conjunto de la población del núcleo porteño, que se va a ver privada de un salón de actos que es de uso público y que tanta falta hace en El Puerto, que no anda sobrado, precisamente, de centros de reunión de medio formato.
Si, finalmente, el actual salón de actos del edificio del casino se termina transformando en un patio interior descubierto, como es la idea, debe de quedar bien claro que no es por falta de dinero, sino porque los cuatro partidos que conforman el gobierno municipal: Compromís, Esquerra Unida, PSOE y ADN Morvedre, así lo han decidido. Lo de que no hay dinero, es otro cuento chino.
