País!!

Viernes, 23 Febrero 2018 19:46

Pensaba el Gobierno que los pensionistas, por ser gente mayor, se resignarían ante tanto atropello. No me refiero únicamente a la pérdida de poder adquisitivo que vienen sufriendo desde que el PP decidió, hace cuatro años, fijar el incremento anual en ese ridículo 0,25%, que ofende más que otra cosa. A esto hay que agregar el injusto copago farmacéutico que supone 120 euros anuales, cifra que, naturalmente, hay que restar al importe de la retribución que percibe cada jubilado, lo que supone otra devaluación. Pero aún hay más, han sido precisamente los pensionistas, los que han tenido que amortiguar los efectos de la crisis, ayudando económicamente y, en muchos casos, dando cobijo a esos hijos y nietos que la recesión echó al paro y, en muchísimas ocasiones, dejó sin techo.

No hace falta estudiar en Salamanca para darse cuenta de que todo esto es, ni más ni menos, la consecuencia de las políticas aplicadas en aquellos tiempos donde se proclamaba a los cuatro vientos «España va bien», ¿Se acuerdan? La hicieron tan gorda, que ya llevamos más tiempo de recesión que de bonanza económica, con independencia de lo que diga el crecimiento del PIB, porque una cosa son las cifras macroeconómicas y otra bien diferente el día a día de la calle, de la precariedad laboral y el desempleo.

Nuestros mayores están hasta los mismísimos de las políticas antisociales que ha puesto en marcha el Gobierno del PP. Neoliberalismo extremo que, como es bien patente, extiende la pobreza a lo largo y ancho del país. El Gobierno de Rajoy se ha cepillado la hucha de las pensiones y, para poder pagarlas, tiene que recurrir al endeudamiento. De ahí, a decir que el sistema es insostenible y que cada cual se busque la vida, un paso. Por eso, porque los pensionistas no se fían de este Gobierno, se han echado a la calle para defenderse de tanta agresión antisocial. La pelea no ha hecho más que empezar.

El PP conocía mejor que nadie de qué forma afectarían los recortes al conjunto de la sociedad española. El PP sabe el cabreo que produce ver a los de arriba cómo se lo lleven crudo, eso sí, envueltos en la bandera, mientras los de abajo las pasan canutas. De ahí la ley mordaza, para meter en el trullo a todo el que proteste, tanto en analógico como en digital, que diría Rivera. Tan esperpéntica es la situación creada, que un mismo día mandan a la cárcel al rapero Valtonyc, secuestran un libro sobre el narcotráfico gallego o censuran una exposición en Arco y, al día siguiente, la Policía intenta detener al humorista Joaquín Reyes, caracterizado de Puigdemont. Como diría Forges: País!!


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