Esta maldición va como título, para depurar el ambiente de maleficios y signos religiosos perniciosos....lo mejor es depurar el ambiente con “Armani homme eau de toilette fragancia atea”, por si las moscas. Llega la Semana Santa, fiesta “identitaria” de primer orden nacional, internacional y popular, del pueblo. Del pueblo llano y trabajador. Lo curioso es que los “Identitarios”, normalmente de la “izquierda descarriada nacionalista” son los más numerosos en comparación a los “Identitarios” nacionalista de extrema derecha, los cuales son casi ya invisibles. Esta nueva anti-cultura está obsesionada en ofender y agredir a una parte importante de nuestra ciudadanía en este país, ya sea asaltando iglesias, ya haciendo procesiones paralelas con iconos religiosos claramente denigrantes y ofensivos. En mi modesta opinión… propio de gente borde.

 

Los nuevos alcaldes y sus ediles no son partidarios de asistir a la procesión de Semana Santa ni a la de los Reyes Magos, ni celebrar las Navidades, es de libre decisión personal, pero el asunto no les satisface eso tan liberal de “dejar joder a quienes quieran” esta estirpe ateo-estúpida necesita para su insana satisfacción que “no jodan los demás”. Es la nueva Santa inquisición atea, ¡Que puto país! No es que sean todos, pero son bastantes y esto les desacredita a todos. Los desacredita en inteligencia, cultura y convivencia democrática. Médicamente son los del factor estúpido e inconsciente, ya no dan más de sí, ¡qué le vamos hacer!

 

Marx y Engel, hace casi 200 años ya eran más permisivos con las costumbres del pueblo, entendían que el ateísmo es una posición filosófica y no ideológica. Vive y deja vivir, ese es el ateísmo práctico: Vivir como si Dios no existiera. Pero hete aquí, amiguito del alma, que algunos adoradores de la “Pachamama”, son los que quieren marcar lo bueno y lo malo para el conjunto de ciudadanos, son “Plurales” pero cerrados de mollera. Son la “Nueva Guardia Roja de Mao”. Y sin embargo, el anticlericalismo y el odio a la religión se manifiestan de nuevo aquí y allá en España, con insultos barriobajeros como se puede ver en las redes sociales y en algunos medios de comunicación, y también con violencia.

 

 

En el escenario que vivimos en la actualidad se habla cada vez más de igualdad, al tiempo que se pide “Independencia y Soberanismo”, Que contradicción ¿Verdad? Sobre todo por esta neo-izquierda atravesada por unas líneas de fractura étnicas, lingüísticas, nacionalistas y anti-religiosas, todo ello adobado por un interesado ecologismo político. Creo que su misión debería ser la de tejer lazos de unión, disipar malentendidos, hacer entrar en razón a unos, moderar a otros, allanar, reconciliar. Su vocación la de ser enlaces, puentes, mediadores entre las diversas comunidades y las diversas culturas. El pueblo, les ha dado gobiernos en ayuntamientos y autonomías para que den ejemplo, para que gobiernen mejor, para gobernar para todos… ¡Pero no!

 

 

Y aquí es donde está el peligro de violencia y confrontación, estos gobernantes deben ser capaces de asumir nuestras múltiples identidades sociales por encima de las constantes peticiones de afirmación como identidad colectiva de su tribu, de su bando, de su etnia, de su religión o ateísmo. Por supuesto, eso implica que alguien les insta a hacer esa elección: «No sólo los fanáticos y los xenófobos de todas las orillas: también tú y yo, todos nosotros. Por esos hábitos mentales y esas expresiones que tan arraigados están en todos nosotros, por esa concepción estrecha, exclusivista, beata y simplista que reduce toda identidad a una sola pertenencia que se proclama con pasión, la propia nuestra.