Nacionalista e internacionalista.

Definir que es el nacionalismo es de muy difícil digestión, hay mucha literatura sobre este nefasto sentimiento y o movimiento político relativamente moderno, de cuño y creación reciente. No trataré de redefinir este concepto, sino posicionarme. En un asunto de tan enorme transcendencia mundial, y que en este país lo estamos sufriendo desde hace más de 100 años con resultados tan execrables como el asesinato, el rapto y el odio... tenemos la obligación cada ciudadano de posicionarnos. Posicionarnos y oponernos pacificamente a este neo fascismo incrustado en la izquierda.

Yo no creo que sea bueno que el nacionalismo sea una opción política para el bien de la humanidad, es negativo y pernicioso, creo en el internacionalismo.El nacionalista se preocupa de lo que considera que es su nación o de la nueva nación que quisiera independizar de otra mayor ya existente. El internacionalista considera que este planeta es de todos y que las uniones nacionales humanizan y hermanan a todos los pueblos, los hace más iguales porque no cree en la superioridad de las etnias, las religiones, las razas o las costumbres.

El Progresismo, populismo, ecologismo y el nacionalismo.

¿Puede la moderna izquierda, bolivariana populista, ecologista y nacionalista integrase y gestionar la democracia social? Evidentemente no puede aunque se tuneen de demócratas de toda la vida. El nacionalismo que invade las ideologías de izquierdas en las llamadas “Nacionalidades Históricas”, desmiente y contradice la política de defensa de los trabajadores, del proletariado marxista. Véase las uniones y convivencias políticas del PNV (partido nacionalista vasco de las clases católicas conservadoras) con los partidos de la «izquierda abertzale» todos ellos de corte comunista y marxista. Hoy estamos presenciando el intento vergonzoso de conseguir un gobierno en Cataluña de la unión de comunistas nacionalistas y las clases burguesas y corruptas del nacionalismo catalán.

La economía y las promesas.

Hablando en nombre del "interés público", del “ecologismo” y principalmente del nacionalismo más rancio que el de Mussolini, Hitler y Franco juntos… esta izquierda rara multicolor y nacionalista, consigue llegar al gobierno de muchos ayuntamientos con promesas de la gloria social del “Todo Gratis”, inversiones estatales, nacionalizaciones y aplicando supuestas políticas sociales que ahora debería cumplir. Pero no puede cumplir por la simple razón de que en un estado de economía capitalista, es el capital quien crea trabajo real, economía real, impuestos reales, inversiones reales y sueldos para los trabajadores reales. Y estos traían cuentos de María Castaña.

No ha habido un giro a la izquierda en la política europea a pesar de la crisis financiera mundial y los hechos devastadores de esta crisis en los mercados de España, Europa y EEUU, en ningún país avanzó un ápice los partidos de la izquierda, solo en Grecia y ya sabemos cómo les va, las pensiones bajaron el 50%. Las esperanzas de los que criticaron la política de la Tercera Vía de la década de 1990, y se convencieron de que esto marcaría el momento en que una democracia social más tradicional podría una vez más salir triunfante, se han desvanecido.? En la era de la austeridad, los electorados parecen más cómodos con el centro-derecha y desconfían de las promesas democráticas de la izquierda.

En Alemania gobierna una coalición socialdemócrata con la derecha y en Francia gobierna una socialdemocracia en convivencia de la derecha de Sarkosi para evitar que avance la derechona fascista de Le Pen. En España si desmontamos el “nacionalismo fascista” a los tantísimos partidos nacionalistas locales surgidos desde la izquierda, la izquierda se queda con el 5% de Izquierda Unida y el 20% del PSOE, el resto son más nazis que Hitler, son Nazional-comunistas-independentistas. Yo no puedo entender a un “Marxista de corte Nacionalista”, solo se es marxista si se es internacionalista. Para lo otro ya nació el Nazismo.

Neo nacionalismo de izquierdas... ¿Que raro, no?

Acabo de leer en "El Levante", hoy día 30 y miércoles, un estupendo articulo de Miguel De La Guardia sobre los nacionalismos titulado "La Internacional". Está escrito con fluidez, conocimiento político y muy entendible. Se les copio adjunto al que ayer escribía al unisonó y quizás a las mismas horas. Son coincidencias de una sensibilidad ciudadana en crecimiento, altruista y a lo que debemos hacer oposición popular en aras de la libertad y la igualdad en todo el mundo. ¡Contra ideologías egoístas y facciosas!

La internacional 30.12.2015 | 04:15 Miguel de la Guardia

Definitivamente debo ser un nostálgico desfasado, pero confieso que no entiendo para nada el nacionalismo y mucho menos el que se autodenomina de izquierdas. Probablemente, mi falta de conciencia nacionalista a cualquier escala se deba a mi total rechazo del sectarismo, el racismo y la xenofobia. Por eso, me parece lamentable el espectáculo de quien argumentando sus raíces o su lengua (cuando creía que eso de las raíces se daba solo en el reino vegetal y que los seres humanos teníamos la posibilidad de ir de un lugar a otro y comunicarnos en varios idiomas) pretende acaparar privilegios, que lo son siempre a costa de los vecinos.

A pesar de mi nula sintonía con los llamados líderes europeos, y en particular con Hollande y Merkel, no creo que les falten razones cuando dicen que los nacionalismos son sinónimo de guerra y me gustaría recordar el ejemplo de la antigua Yugoslavia y que fueron los trabajadores europeos y su rechazo a las guerras lo que les llevaron a organizarse en las llamadas internacionales. Es cierto que en España el que la unidad del país se construyera desde las instituciones monárquicas y la dictadura, y no desde la base de los pueblos, las clases medias y trabajadoras, hace que seamos muchos los que sintamos un cierto desapego por el país en el que trabajamos y sufrimos juntos. Pero eso no puede ni debe favorecer movimientos insolidarios que tratan de afirmar lo local por encima de lo general. La mejor medicina para superar los desastres de la historia no tan reciente debería ser el desarrollo de los sentimientos de especie frente al nacionalismo y la recuperación de la tierra como la casa común de la humanidad.

Aunque cueste creerlo, argumentos como los anteriores son descalificados a diario en mi universidad como planteamientos de derechas por más de un energúmeno que nunca dudó en trepar sobre los tópicos de la lengua y la izquierda para medrar a la sombra del poder. Esta situación ha creado un caldo de cultivo muy espeso que raya en lo irracional de que quien jamás usó el valenciano envíe mails advirtiendo de la necesidad de emplear esta lengua en todo tipo de documentos, y llega al ridículo cuando éstos están destinados a otros países. Lástima que lo nacionalista se apodere de forma irracional de ideologías que siempre le fueron ajenas. Ya ven, a pesar de mi profunda amistad con algún nacionalista bienintencionado, que también los hay y muchos, no consigo entender eso de que lo local sea un universal. De la misma manera que la amistad de algunos católicos, que son verdadero ejemplo de vida, no consigue que adquiera el don de la fe. ¿Será que soy refractario a las verdades indemostrables?

Ver articulo original:     http://www.levante-emv.com/opinion/2015/12/30/internacional/1360151.html