Que un trabajador vote a la derecha o a un partido de centro derecha (En España digamos que sería votar al PP o a Ciudadanos) no parece estar bien visto por la izquierda, ni tampoco por los nacionalistas periféricos. Los primeros consideran que si un trabajador (ya se evita decir “obrero”) vota a la derecha, es dar un voto al empresario, al “puto capitalista” que es quien le explota. Pues a pesar de esta falsa imputación o falsa hipótesis, los ciudadanos votan a la derecha tanto como a la izquierda. Deberían preguntarse, así mismos, los líderes de esos tantos partidos de las izquierdas ¿Por qué tantísimos trabajadores votan a la derecha? No se harán esta pregunta por la sencilla razón de que se creen “ungidos por la divina providencia de la verdad”.
La cosa no queda ahí. En varias comunidades autónomas de marcado nacionalismo, también está mal visto votar a la derecha. Votar a la derecha es votar a un nacionalismo que se opone al suyo (Aquí, tanto los partidos nacionalistas periféricos de derecha e izquierda coinciden en sus objetivos, su enemigo es la derecha española) ¿y qué pasa con la izquierda española? ¿También es desagradable la izquierda española para el nacionalismo separatista? Pues yo diría que es bastante más agradable, más conciliador y mucho más colaborador... con los nacionalismos periféricos; en realidad son colaboradores necesarios y algunas, muchas, veces son los mismos; son y han sido cultivo de nacionalistas independentistas.
Definir quien es un individuo de ideología de izquierdas o de derechas, se hace hoy bastante difícil. Las cuestiones de solidaridad, nacionalidad, lenguas maternas y lengua común, religión, educación nacional, vivienda, sanidad, republicanismo o monarquía, federalismo, libertad, derechos y deberes, las puñeteras banderas, los localismos, la economía multinacional, la ecología, la política de fronteras comunes… Son tantos los asuntos económicos y tantas cuestiones sociales y políticas que ningún partido es capaz de poseer el interés completo de cada unos de los ciudadanos de nuestro tiempo, la cosa se ha complicado. A todo esto hay que sumar a los dos nuevos partidos políticos al escenario electoral, “Podemos” y “Ciudadanos” cuyas posibilidades de obtener escaños, los sitúan en posiciones centrales. Del resto ya ni cuentan con ellos. c'est la vie.
Al parecer de los datos de las encuestas realizadas el día 14, el Pepé obtendría mayoría simple con bastante seguridad, seguido por PSOE, Ciudadanos y Podemos; donde el orden de posición de estos tres, tendría más volatilidad. Tras estos cuatro quedaría Izquierda Unida, los partidos Nazionalistas varios… y otros "ingenuos voluntariosos."
Muchos políticos y comentaristas de la izquierda nacionalista, han adoptado alguna versión de la hipótesis, tal como que "El Partido Popular engaña a la gente a votar en contra de sus intereses económicos", ya que se supone que los trabajadores han de ser anticapitalistas. Y mediante la activación de la indignación en temas culturales y nacionalistas, se dice, "Vota por nosotros", nosotros protegemos tu identidad nacional, la bandera, la lengua, el Corredor Mediterráneo, el carril bici, los montes, las playas, la ecología. “Somos mal tratados por Madrid”, luchamos por nuestra cultura valenciana, os vamos a bajar los impuestos a los trabajadores y aumentar los impuestos a los ricos. Una de las conclusiones más sólidas en la psicología social es que a la gente se le debe encontrar maneras de creer en lo que se quieren que crean. Y la izquierda realmente solo quiere creer en su hipótesis. Se auto absuelven de culpa, se glorifican ante la historia, como Franco, y se protegen de la necesidad de mirarse en el espejo o averiguar lo que representan en el siglo 21 y venideros. Esto, los comunistas chinos lo tienen claro.
¿No se han dado de cara con la realidad capitalista? Aquí hay un diagnóstico más doloroso, pero en última instancia podría ser constructivo, desde el punto de vista de la psicología moral: La política a nivel nacional hay que tratarla sobre los derechos de los ciudadanos y no de los territorios, tratar sobre la igualdad de derechos y no del reparto o.”Balanzas Fiscales” Se trata más de una visión moral sobre la ciudadanía, y que además unifique una nación dentro de la unidad europea. En la mayoría de los países del mundo se instala la democracia socio-liberal, y no la socialista o comunista, el derecho de los individuos predomina sobre el derecho común; y esto es de fácil deducción, y es que la suma de los derechos del individuo conforma lo común. La derecha social y demócrata tiende a ver con más claridad que la izquierda. Patriotismo folclórico cultural, orden social, familias fuertes protegidas, la responsabilidad personal (no las redes de seguridad del gobierno) y la libre empresa, la seguridad social de estado y los Derechos Humanos Esos son los valores, y no los programas de gobierno.
Las izquierdas, por el contrario, han tratado de ganar los corazones de los votantes con la promesa de proteger o ampliar los programas para las personas mayores, los jóvenes, los estudiantes, los desahuciados, y la clase media con el ¡Todo gratis!.
“Vota por nosotros y vamos a utilizar el gobierno para hacernos cargo de todos tus problemas y de todo el mundo”. Pero la otra mayoría de los ciudadanos no quieren vivir en una nación basada principalmente en el cuidado por el estado, si con ello pierde la libertad, y si el esfuerzo no se le recompensa, y además deben pagar por los que no pueden o no quieren. En realidad se tiene miedo a “quién pagará ese Todo Gratis” Por otro lado, la izquierda tiene a su favor, a los nacionalistas independentistas y a la destroza ocasionada a las clases económicamente más débiles y en paro, a los funcionarios e intelectuales y a los jóvenes.
¿A que partido votaras el 20D?
