En el nombre de Alá, se cometen atrocidades inadmisibles ¿Si tales abominaciones fueran cometidas en el nombre del Cristianismo, ¿no tendríamos preguntas sobre su naturaleza y condenaríamos esta barbarie? ¿Por qué no hacerlo cuando se trata del Islam, que se ha vuelto intocable y que hay quienes lo justifican? simplemente por miedo. Miedo era la razón por lo que nadie criticaba los crímenes de la Santa Inquisición de la Edad Media. Y es miedo lo que hace y ha hecho que el crimen y el comunismo-fascista triunfe contra la libertad en el País Vasco. Miedo es lo que hace que el nacionalismo indecente, insolidario y frentista, se imponga en Cataluña. Miedo era lo hacia que durante el franquismo, todos callasen. Miedo a la discriminación, que te hagan sentir que no eres vasco, catalán o valenciano… por no ser nacionalista, por sentirte también español ¡Miedo!

Franco ganaba un referéndum con el 90% de participación y el 95% de votos a favor de Franco. Miedo era lo que tenían muchos de los que apoyaban al régimen, al encargado en la fábrica (el pelota o botijero en los AHV o en Menera) y a las autoridades en aquellos años en el Puerto de Sagunto. Y hoy esos mismos ya mayores, manifiestan ser de “izquierdas” de toda la vida. El miedo que impone el fanatismo, el radicalismo y los ruines cuando emplean la violencia y marcan al diferente, al que desea ser solo persona, social y libre.

La gente se manifestó en el nombre de la libertad de pensamiento y expresión para defender “El Derecho a Decidir de los Pueblos”. Toda una falacia orquestada por los egoístas, por los que se sienten diferentes, por los que desean que todos seamos como él, que nos separemos del resto de españoles, en una bandera, un territorio y una lengua que los diferencie, según su infame idealismo. Es muy alta la hipocresía de esta ideología de rasgos fascistoides y dominante, que cuando gobiernan suprimen la libertad de expresión y el “Derecho a Decidir de los Pueblos” cuando se trata de aquellos que no suscriben su ideología.

Los independentista catalanes, saltándose las leyes democráticas de todos los españoles pretender tener ese derecho (más bien retorcido) una sola vez si hay mayoría del SI, seguir dando la matraca si sale NO, pero si obtienen el 51% se mean sobre el 49% de estos también catalanes… y que callen para siempre. ¿Pero evidentemente no todos los pueblos de Cataluña darán mayoría del SI, ¿respetaran que esos pueblos no se separen de España? Evidentemente no lo aceptaran, ya lo dicen. A estos, a los que votasen NO, los integrarán a la fuerza en su ideal paraíso del fascismo moderno ¡Por cojones!

Lo que más me sorprende y me frustra en esta discordia territorial y étnica del nacionalismo independentista egoísta e insolidario, es el apoyo y justificación que proporcionan los partidos de la izquierda a la derechona nacionalista, tanto vasca como catalana, van de la mano. Hoy una izquierda nacional-fascista (antes internacionalista-marxista) bendice a los independentistas justificando como derecho democrático el Derecho a Decidir de los Pueblos. Cuanto más a la izquierda se está, más se deja claro que se es nacionalista, véase si no la página 31 el programa de Podemos “Reconocimiento del derecho de los distintos pueblos de Europa a constituirse como tales y decidir democráticamente su futuro”. Ya no se puede ser más maniqueo y falso. Los antiguos comunistas de liturgia rusa, china, albanesa… visto y comprobado que esas dictaduras solo dieron miseria, cárcel y muerte en esos países y que cerraron la “paraeta” por “adopción del capitalismo” cambiaron su mirada hacia el socialismo Cubano y ya hoy, que Cuba está en tránsito hacia el capitalismo… sienten vergüenza de la palabra “comunista” y se arropan con “Ganemos, Podemos, En Común, ADN… y un sinfín de nombres camuflaje donde disimular su condición política.

Esto es, el derecho a decidir como algo axiomático, que no necesita explicarse ni justificarse, pero que en realidad es una falacia, es decir una falsedad que se presenta como verdadera. “Si elegir, decidir, votar es democracia… los pueblos pueden decidir libremente su destino”. Esta es la falsa demostración. Bajo esta premisa deberíamos votar si se paga o no impuestos, ya que el pueblo decide, por ejemplo. Pero ¿Quiénes son los Pueblos? ¿Quién los configura? Este dilema es lo que ha hecho que durante millones de años los humanos hayamos guerreado y exterminado tribus, países, pueblos y razas. Es verdad que los pueblos que integran los países hoy refrendados y reconocidos, son los que son y no otros. También es verdad, que hay fuerzas políticas que buscan y luchan por una mayor integración entre países, caso de La Unión Europea. Otros políticos luchan por una disgregación del país al que desde hace siglos está unido, caso de España. Son los nacionalistas independentistas, de izquierdas y de derechas, su objetivo egoísta, pendenciero y frentista los une. Y es verdad, que en España, Holanda, Bélgica, Italia, Francia… hay políticos interesados en explotar los sentimientos nacionalistas, localismos… para conseguir el soberanismo de esa parte de pueblo que ellos diseñan y dicen ser “Pueblo Elegido Mejor y Diferente”… que los demás. ¡Malditos sean!

Sin embargo, no deja de sorprender la facilidad con la que se asume un principio cuya aplicación a los distintos pueblos de España podría devolver a la península Ibérica a su estado de fragmentación política del Al-andalus, o al tiempo de los reyes godos. Y no digamos ya que pasaría en Europa dando soberanía a corsos, borgoñeses, alsacianos, arpitanos, normandos, caledonios, padanos, galeses, lapones frisianos, gallegos, maños y murcianos… la madre que los pario, que lio. Nos imaginamos a tanto mamón en el parlamento?.

Si el derecho a decidir la soberanía de un pueblo (el que sea) es democrático y se trasmita por el voto del soberano en cuestión, sin que nadie tenga derecho a oponerse… Yo soy pueblo y me declaro soberano, y que al resto os den. ¿Qué tal?