Al borde del precipicio

Escrito por Ramón García Ortín
Viernes, 29 Julio 2022 21:03

Con que ligereza los medios hablan de la guerra, resulta espeluznante el desparpajo con que se abordan los planes de EEUU, EU y sus aliados, de recuperar por la vía militar lo que van perdiendo por la vía económica frente a las otras superpotencias, como si un conflicto bélico fuese poco más que un desfile militar de gala. Y es preocupante porque quienes se reunieron en Madrid han demostrado no tener ningún escrúpulo en lanzar agresiones contra cualquier país que se salga del guion marcado por el imperialismo norteamericano, recordemos el bombardeo de Yugoslavia por la OTAN, embajada china incluida, y su desmembramiento a los pocos meses de la caída del muro de Berlín, y Yugoslavia estaba más en el corazón de Europa que Ukrania, aunque los medios se hayan olvidado de todo ello. O la más reciente invasión de Libia por tratar de arrastrar a los países africanos a sacudirse la sumisión y el control económico del neocolonialismo occidental, con el asesinato de su presidente Muamar al Gadafi, incluido.

Si alguien tiene dudas de donde se esconden las mafias de África, que no las busque lejos, los capos los tenemos en casa. A ello hay que añadir Irak, Afganistán, Siria, Yemen, Sudán… con el destrozo material de todos estos países a los que han provocado la ruina, el hambre, el exilio y la muerte de millones de sus ciudadanos. Daños colaterales los llaman, a lo que hay que añadir la secuela de atrocidades adjuntas, centros de tortura y detención como Guantánamo o Abú Graib, exhibidos impúdicamente para dejar patente su firme voluntad de que no se van parar ante nada. Todo muy acorde con los “valores occidentales”.

Se necesitaba crear una situación de shock en la sociedad, dejándola inerme, para imponer las tesis del neoliberalismo a nivel global, guerra incluida, y ese shock lo han fabricado con la “pandemia”. Cualquiera que quiera saber lo que realmente ha ocurrido al respecto, puede consultar las datos del Instituto Nacional de Estadística y comprobar que la tasa de mortalidad en el tramo entre 0 y 70 años de edad, es similar en 2020 a los registros de años anteriores y hay un aumento a partir de esa edad, especialmente a partir de los 80 años, incremento que en su mayor parte se puede atribuir, sin lugar a dudas, al abandono y al trato cruel e inhumano al que se ha sometido a nuestros mayores y en parte también a las malas praxis y caos provocado en la sanidad, consecuencia de la parafernalia fabricada para justificar el pánico e histeria que han creado en la población.

Y siguen con la misma murga, ahora los “expertos sanitarios” del gobierno deben estar debatiendo qué protege mejor contra los virus si el velo islámico, la mascarilla o el escapulario de la virgen de las fiebres.
Los objetivos que querían lograr con esta política se reflejan perfectamente en la sanidad pública, de aconsejarnos machaconamente no automedicarnos, consultar al médico, la importancia de un diagnóstico precoz, hemos pasado a pedir cita en el médico y si es telefónica te la dan al cabo de 20 días si es presencial algo más. Una forma como otra de decirte: si quiere un médico págueselo de nuevo. Se están perdiendo en el recuerdo los tiempos en que si te encontrabas enfermo acudías al ambulatorio y en la misma mañana te atendía tu médico de cabecera.

La situación es grave pero aquí nadie se mueve, nos han dejado en estado catatónico, después de más de dos años no hemos salido todavía del shock que nos han provocado, lo que nos lleva a hacer algunas reflexiones:

En primer lugar, habíamos olvidado el carácter depredador y agresivo de la clase que controla el sistema económico y político, lo que le ha permitido cuando la situación le ha sido propicia a lanzarse, ellos sí, al asalto de los cielos.

En segundo lugar, el poder de influencia de los medios de comunicación, repitiendo hasta la náusea los mantras a divulgar, no hay crítica, se silencian, se ridiculizan o se difaman a quienes se atreven a discrepar. Si les interesara nos harían creer que el Sol y las estrellas volverían de nuevo a girar en torno a la Tierra y los astrónomos que intentaran levantar la voz se les silenciaria y ridiculizaría ante “verdades” tan evidentes, como ha ocurrido ahora con la comunidad científica médica.

En tercer lugar, la miseria política y moral en que está sumida la izquierda, me refiero a Podemos-IU. Cuando el imperialismo se lanza al asalto a por todo y a por todos, con todo su arsenal de recursos, cuando para lograrlo ha desplegado la mayor campaña de pánico que conocemos en la historia reciente con la pandemia del Covid, cuando se han liquidado los derechos más fundamentales de toda la población, con prolongados arrestos domiciliarios incluidos niños, con restricciones de desplazamientos, con toques de queda, con salvoconductos de vacunación y todo el resto de disparates, cuando al proceso de privatización de la Sanidad, Enseñanza y resto de servicios públicos le han dado el impulso que anteriormente estaba contestado, cuando se induce una inflación que está empobreciendo a marchas forzadas a pensionistas, clases asalariadas y resto de trabajadores, mientras las empresas del IBEX 35 anunciaban unos beneficios récord de 57.797 millones de euros el pasado 2021.

Cuando todo esto está ocurriendo, los dirigentes de IU-Podemos que debían haberse puesto a la cabeza de la respuesta en la calle y en todos los ámbitos, formaban parte del gobierno que ha impulsado la brutal expansión del neoliberalismo, se han prestado a servir de zahorra para allanarle el camino. Ahora, eso sí, algunos de sus miembros no han perdido la verborrea pseudo revolucionaria, otros, como meapilas, repiten los mantras y las liturgias del poder sin el menor pudor. Que distante queda la frase de Julio Anguita «IU no está dispuesta a obtener un sillón a toda costa, ya que es más importante la ética que gobernar».

Estos dirigentes han quedado desautorizados para dirigir o representar los intereses de la ciudadanía en ningún sitio, cuando tenían que haberlo hecho han colaborado con el capital más reaccionario y agresivo. El proyecto “Sumar”, anunciado por Yolanda Díaz, es una invitación a redactarle una carta a los Reyes Magos, todo apunta que terminará como todos los oportunistas, asimilado al PSOE.

Ramón García Ortín

 

 

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