Hace treinta años que soy vecina de Canet d'en Berenguer. He dedicado estos años a integrarme en la vida del pueblo, colaborar con mis vecinos e intentar hacer un pueblo mejor siempre. En todo este tiempo, como es natural, el pueblo ha cambiado considerablemente, en algunos asuntos modernizándose al son del resto de la sociedad y, en otros, exhibiendo sus propias tradiciones.
Me refiero a las fiestas de Sant Antoni, que desde hace unos años ha cambiado de lo que yo creo que era una bonita tradición de fiesta sencilla para disfrute de todo el pueblo. Las fiestas de Sant Antoni constaban de la típica bendición de los animales y de una hoguera en la que los habitantes del pueblo nos reuníamos alrededor, haciendo vida de vecindario, haciendo a los niños participes de la misma con la búsqueda de leñas y maderas y del cuidado de sus mascotas
Con la llegada del Partido Popular al ayuntamiento, casualmente, se creaba una asociación para esta fiesta, obviamente subvencionada y con local cedido, como todas las del municipio. Esta asociación con la aprobación del gobierno local de la legislatura pasada y actual, se han apoderado de las fiestas de Sant Antoni. Se modifican las fechas a conveniencia propia, se programan eventos a su antojo, se montan barreras y corrales portátiles (a cargo de horas de trabajadores del ayuntamiento), que cortan las calles durante una semana y se invita a los miembros de la asociación de Amigos del Caballo a almorzar el día de las bendiciones. Unas fiestas de “bous al carrer” y disco-móvil, al aire libre y en pleno invierno, no tienen ningún sentido. En la disco-móvil no había prácticamente nadie, quiénes asistieron tenían allí al lado el resguardo del local de su asociación. Lo mismo pasó el día de “l'Olla”. Se ha pagado a un ganadero para que solo los recortadores que traía él mismo disfrutaran de unas fiestas que ya nada tienen que ver con lo que se celebra. Ha quedado en evidencia, por la bajísima afluencia de gente a estos eventos, que la sociedad no se alinea con esta cultura rancia de amiguismo y “bous al carrer”. Ha sido un derroche de dinero público en beneficio de unas asociaciones que no representan a la gente.
Asunción Vázquez CarlosVecina de Canet d'En Berenguer
