Hoy, 6 de julio, se cumplen dos meses desde que el barco siniestrado Sorrento entrara en el puerto marítimo de Sagunto, cuando se anunció que su estancia no excedería de 10 ó 15 días como máximo, sin embargo, las autoridades portuarias desconocen por cuánto tiempo se podrá extender la estancia de este navío en las instalaciones portuarias, aunque todo parece indicar que se prolongará, hasta, en tanto en cuanto, la naviera, el Juzgado de Mallorca y la aseguradora tomen una decisión.
Como se recordará, el ferry Sorrento, propiedad de la naviera Grimaldi Lines y operado por la compañía Trasmediterranea-Acciona, hizo su entrada en las instalaciones del puerto de Sagunto en la tarde del pasado 6 de mayo, después de sufrir unos días antes, el 28 de abril, un incendio en alta mar, a escasas millas de la isla de Mallorca, que obligó a evacuar el pasaje y la tripulación.
A pesar de la férrea oposición ciudadana, de los grupos municipales del Ayuntamiento de Sagunto y de los partidos emergentes, todos inmersos en plena campaña electoral por las elecciones municipales y autonómicas, no se pudo paralizar esa decisión y el barco atracó en el Muelle Sur II del puerto comercial de la capital del Camp de Morvedre. La flotilla que acompañó a este buque en la travesía hasta el puerto de Sagunto, la formaron el Clara Campoamor, de Salvamento Marítimo, el remolcador italiano Gianemily C, la embarcación de lucha contra contaminación, SEMAC, y la patrullera de la Armada Española, P-63 Arnomendi.
En la petición de escala, cursada por el armador del Sorrento, el grupo Grimaldi, los servicios que solicitaba, además del abrigo, eran los de atender la descarga de plataformas y vehículos que transportaba, así como el apuntalamiento del pontón. Téngase en cuenta que, pese al aparatoso incendio, el Sorrento se encontraba en buenas condiciones desde la tercera cubierta hasta la zona más baja, ya que el fuego solo dañó desde la cuarta cubierta hacia arriba, incluido el pontón de mando, de ahí que hubiera mantenido al cien por cien su capacidad de navegación. Sin embargo, desde que llegó el barco al puerto de Sagunto no se realizaron ninguna de las tareas previstas, más allá de una primera inspección. La cuestión se ha complicado en grado superlativo al estar este buque bajo tutela judicial, en concreto, de un Juzgado palmesano.
