Por si alguien tiene todavía alguna duda, es evidente que en el ánimo de la primera autoridad local, el nacionalista Francesc Fernández, anida el firme propósito de que la cementera de Lafarge eche el cierre lo antes posible. En estos dos años y medio de legislatura, ha intentado por tierra, mar y aire, que la Generalitat no le prorrogara los permisos de ocupación de monte público en Salt del Llop. Ha presionado a la Generalitat, a través de Compromís, todo lo que ha podido y más, pero, al final, no ha podido conseguir su objetivo. El Consell, que ha tenido que ajustarse a la legalidad, ha dado luz verde a la prórroga, por tanto, la cementera podrá continuar con su actividad hasta 2042, incluyendo en este plazo el periodo de recuperación de la cantera.
El alcalde sabía que sus compañeros de la Generalitat lo iban a dejar tirado, concediéndole la prórroga a Lafarge. Por eso tenía preparado el plan B, es decir, la declaración de la montaña del Romeu como Paraje Natural Municipal, no confundir con la figura de Parque Natural. En esta propuesta inicial, se incluye en el perímetro de monte a proteger la zona Norte y la de Margas, que es donde hay yacimientos de caliza y la empresa tiene concedidos derechos mineros. Piensa el alcalde que de esta forma, limitando la actividad extractiva a la cantera de Salt del Llop, más pronto o más tarde, cuando se agoten las reservas de caliza en esa pedrera, a la empresa no le quedará más remedio que echar el cierre. De esta manera, Francesc Fernández pretende articular un mecanismo de relojería que, cuando salte, se lleve por delante la fábrica, que, encima, es un obstáculo físico entre el núcleo de Sagunto y el Puerto, dato a tener muy en cuenta. Ya intentó promover la figura de Paraje Natural Municipal en la legislatura 2003-2007, cuando se hizo cargo de la Delegación de Urbanismo, pero entonces no pudo ser.
Teniendo en cuenta que el monte de Romeu no tiene ninguna singularidad como espacio forestal, habrá que ver de qué forma justifica la Generalitat esta declaración de Paraje Natural Municipal que ha solicitado el Ayuntamiento de Sagunto. También será interesante comprobar cómo puede afectar esta declaración a los derechos mineros que tiene la empresa y si, finalmente, la zona Norte y Margas formarán parte del área de protección o quedarán excluidas.
Téngase en cuenta que este alcalde acostumbra a utilizar el urbanismo para conseguir determinados objetivos políticos. Por ejemplo, en la legislatura 2003-2007 inició la urbanización del PAI Fusión, sin tener las autorizaciones necesarias de la Generalitat. Tanto es así que desde el Consell promovieron las pertinentes acciones legales, que fueron retiradas en cuanto el Partido Popular llegó a la Alcaldía de Sagunto. La motivación del Fusión era claramente política, puesto que se pretendía unir con trama urbana Sagunto y el Puerto porque en el ámbito nacionalista se pensaba que de esta manera era más fácil frenar la segregación. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que el Fusión no hacia ninguna falta. Sigue muerto de risa, pasados 10 años desde su urbanización, aunque aquel capricho de nuestra primera autoridad local, que, además, facilitó una buena línea de negocio a determinados urbanizadores y a propietarios de huertos, le cuesta todos los años un buen dinero al municipio, solamente en alumbrado.
Con la declaración de Paraje Natural Municipal ocurre algo parecido. No se pretende salvar el monte, sino cerrar la cementera. Entretanto, habrá que esperar al encaje jurídico que realiza la Generalitat para atender esta petición del Ayuntamiento de Sagunto. No tiene porqué ser incompatible la protección de la montaña de Romeu con la continuidad de la fábrica de cemento, se trata de buscar una alternativa a la actual cantera, algo que, por otra parte, está bien recogido en el convenio que Ayuntamiento y Lafarge firmaron en 2013. Sin embargo, esa no es la idea del actual cuatripartito, lo que se intenta es poner fecha de caducidad a la fábrica de cemento.
