Feliz Año

Viernes, 12 Enero 2024 21:08

Esta es la frase que, año tras año, repetimos incansables por estas fechas. Sin embargo, este año, tengo la sensación de que se ha repetido algo menos que otras veces y, sobre todo, con mucha menos convicción e ilusión. Yo al menos, así lo he vivido.

Y es que, es muy difícil convencerse, y la gente lo nota, de que las cosas del mundo, de la vida, van a mejorar cuando vienes de comprobar que, aquello que se decía años atrás de que los jóvenes de ahora serán la primera generación que vivirá mucho peor que sus padres, ha pasado ya a ser una realidad; que los efectos del Cambio Climático empiezan también ya a ser una realidad; que a los gobiernos de nuestros “avanzados” países no les avergüenza asistir a reuniones donde llegan a “acuerdos” tan vergonzantes como el de que cada cual haga lo que le parezca (o sea, nada) para contaminar menos; que, desde aquella reunión de las Azores donde un tal Bush, Tony Blair y el ínclito Jose Mari decidieron saltarse a la torera a la ONU, ésta ya no pinta absolutamente nada y lo mismo Marruecos que Israel pueden pitorrearse de las decisiones de esta haciendo lo que les rota impunemente. Por otro lado, los expertos y los indicadores parecen estar de acuerdo en que la economía va a padecer un bajón importante y que lo vamos a notar en pérdidas de poder adquisitivo y, sobre todo, en calidad de vida, entre otras cosas porque el capitalismo está ganando su batalla para cargarse la Sanidad Pública. ¿Habrá algo más importante para un pueblo, para un país? No. No se puede, al menos yo no puedo desearle a nadie que este año sea mejor sin sentir una especie de vergüenza o pudor. Porque es de hipócritas proclamar lo que no se cree y porque, por otro lado, siento que me muestro como un ser negativo si digo lo que pienso.

Advierto de que estoy convencido de lo que digo y quien me conoce sabe que, personalmente, vivo alegre y feliz, que no tengo problemas económicos y que no siento que el escaso futuro que me queda, por mi edad, esté en peligro. No. Si escribo con el tono de cabreo que lo hago y que, estoy seguro, traslucen la mayoría de las columnas que escribo, es por vergüenza ajena y una cierta lástima e indignación por eso que llaman Mayoría Silenciosa, que calla y traga lo que le echen.

Yo ni siento ni padezco por la poca parte que a mí me toca, lo que lamento y sufro es una enorme desazón por los verdaderos afectados que ni se resisten, ni luchan, ni defienden sus intereses. Siento verdadera pena por ellos. Lástima.

Si eso significa ser un amargado…


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Lo último de Miguel Álvarez Lozano

Más en esta categoría: « Villancicos Palabras »

 

 

SUCESOS

SALUD