Septiembre

Viernes, 09 Agosto 2019 11:40

En pleno mes de agosto, la actividad política y de gestión en el Ayuntamiento de Sagunto se reduce a mínimos, mínimos, como, por otra parte, ha sucedido en años anteriores. Sin embargo, tienen razón aquellos que dicen que este 2019 no va a ser particularmente productivo a nivel de gestión consistorial. Muy cierto. La primera causa que avala esta afirmación hay que buscarla en la prolongada campaña electoral que se inició a finales de 2018. El anterior Gobierno municipal, presidido por el nacionalista saguntino Francesc Fernández, dedicó no pocos esfuerzos a vender una gestión que se empezará a ver durante la presente legislatura, eso sí, con el socialista Darío Moreno al frente de la Alcaldía.

Ya dijo el anterior alcalde que las legislaturas deberían ser de seis u ocho años, ya que con un escaso cuatrienio no hay tiempo suficiente para desarrollar todos los proyectos. Los ciudadanos debieron de haber entendido este, digamos, ruego del anterior alcalde, al permitir con su voto que las urnas propiciaran nuevamente el arreglo entre PSOE, Compromís y Esquerra Unida, pero, cambiando al director de orquesta, para ver si con la nueva batuta se logra que haya más armonía y, de esta manera, la partitura suena mejor, que es en definitiva de lo que se trata.

La otra causa hay que buscarla en el nuevo equipo de Gobierno, donde una buena parte de sus componentes todavía está orbitando sobre la pista de aterrizaje. Es decir, que aún no han tomado tierra. Esta falta de experiencia, unida a un gran desconocimiento de cómo funciona la lenta y pesada maquinaria municipal, también se ha de notar a la hora de la gestión. Pero el ser humano tiene capacidad de aprendizaje, por lo que, si se lo proponen, si le ponen ganas, en cuestión de algunos meses se pueden poner al día. Está claro que será a partir de septiembre cuando tengan que abordar una de las herramientas más importantes de la gestión municipal, me refiero a los nuevos presupuestos municipales para 2020. Ahí, en la letra pequeña, es donde se verá verdaderamente en qué puntos incide la voluntad política y cuál es la corriente dominante.

Por ahora, han sucedido dos cuestiones importantes, por un lado, ha desaparecido la tensión que se respiraba en el ambiente y, por otro, se ha notado un cambio de talante en los nuevos gestores municipales. Esto puede significar todo o nada, dependerá, como es natural, de que las buenas intenciones se transformen en hechos tangibles, pero dejemos pasar el tiempo, pues, como he dicho, todavía están orbitando y no han pasado ni los cien días de cortesía parlamentaria que se concede a cada nuevo Gobierno. A partir de septiembre, cuando ya hayan terminado de aterrizar, iremos viendo. Que pasen un buen verano.


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Modificado por última vez en Viernes, 09 Agosto 2019 18:41
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