Hay que ver cómo se han puesto en Esquerra Unida porque el consejero de la SAG por IP, Cosme Herranz, informó de que había pedido información sobre el proceso seguido para la contratación del encargado general de la empresa. ¿Si todo es correcto, qué problema hay en que la gente se entere? Incluso amenazaron con llevar a los tribunales a los medios que publicaran algo sobre el tema. Increíble. Tienen la piel muy fina estos caballeros, que, sin embargo, no han tardado ni 24 horas en salir a la palestra, tachando de «nuevo presunto caso de corrupción» las posibles irregularidades que se hubieran podido cometer en la adquisición de ropa laboral, por parte de los técnicos del Departamento de Actividades, entre los que se encuentra Francisco Crispín. Claro que, mientras se centra el foco en este asunto, se aparta de otros.
Si en Esquerra Unida se pensaban que la contratación de Rafael Garzó iba a pasar desapercibida, la verdad es que estaban muy equivocados. Téngase en cuenta que se trata de una persona que en tiempos fue un destacado dirigente político de este partido, que ha sido contratado para un puesto relevante, el de encargado general de esta empresa, y que además, según aseguran desde IP, es una persona próxima a Roser Maestro, vicepresidenta de la SAG y concejal de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Sagunto. Solo por las vinculaciones existentes, ya es una cuestión de calado. Por otro lado, los propios dirigentes de EU deberían de ser los primeros interesados en despejar cualquier duda al respecto, sobre todo, porque no se vea empañada la figura política de Roser Maestro ni la del señor Garzó, que, como cualquier otro ciudadano, aspira legítimamente a tener un empleo digno y bien remunerado.
Ayer tuvieron acceso al expediente dos representantes de IP, Manuel González y Cosme Herranz. Lo que ha trascendido es que ninguno de los tres candidatos que propuso el SERVEF reunían los requisitos al 100%. Esta es una de las conclusiones a la que llegaron los representantes de IP después de ver el expediente. La otra es que desde el SERVEF se podía haber hecho mucho mejor este trabajo de selección, abriendo el abanico y enviando un mayor número de candidatos. Sin embargo, la última palabra la tiene la empresa y si estos tres aspirantes no eran óptimos, se podrían haber rechazado y solicitado otra remesa, ¿no?
Por cierto, en 2011, antes de que los consejeros de la SAG, incluidos los de EU, decidieran aprobar este método de selección y contratación de personal, CCOO ya les advirtió de que dicho procedimiento incumplía claramente todos los principios que debe regir el acceso al empleo público.
