Algas y caracoles

Viernes, 22 Junio 2018 16:37

Seguramente todos nos habremos hecho alguna vez preguntas de este tipo: ¿Es posible crecer infinitamente en un planeta finito? ¿Es sostenible producir y consumir de forma indiscriminada? Preguntas a las que añadiría otra: ¿Conocen el teorema del alga y el caracol? ¿No? Les cuento.

Un día, por alguna causa, una pequeña alga vino a implantarse en un gran estanque. Las algas suelen crecer anualmente geométricamente a razón 2. Esto no preocupa a nadie, anualmente el alga solo se duplica. Al cabo de 24 años solamente el 3% de la superficie del lago estará ocupada por las algas. No parece que haya muchos motivos para alarmas. ¿O sí? 5 años más tarde la mitad de la superficie del lago estará cubierta y solamente nos quedará un año para evitar (si se sabe o se puede reaccionar) la muerte del lago por asfixia de la vida subacuática. Al final bastará solo ese último año para la muerte absoluta del ecosistema lacustre.

Por otro lado, el caracol construye su concha sumando una a una las espiras, espiras cada vez más grandes. Luego, cuando su instinto le indica que la concha podrá cumplir sus funciones protectoras, empieza un proceso decreciente de sus espiras, igualmente de una en una, pero cada vez más pequeñas para evitar que su peso le impida desplazarse. El caracol “sabe” que, en el proceso creciente, una espira de más haría que la concha adquiriese un tamaño y un peso 16 veces mayor, lo que entorpecería y lastraría su desplazamiento no contribuyendo en absoluto a su bienestar ni a sus perspectivas de supervivencia.

Este divorcio del caracol respecto a la razón geométrica nos muestra el camino para pensar en una “sociedad de decrecimiento”, un decrecimiento sensato, en la medida de lo posible sereno y amable.

Con una tasa de un 3% de crecimiento del PIB (no hablemos del 10% de China) multiplicamos el PIB por 20 en un siglo. La paradoja es que si el crecimiento generara bienestar hoy en día YA deberíamos vivir en un auténtico paraíso. Pero, por el contrario, vemos que lo que nos amenaza en un futuro próximo es un infierno. Si somos coherentes y realistas tendremos que reconocer que varios cientos de millones de humanos YA están viviendo este infierno, algunos desde hace mucho tiempo, y lo peor es que este sacrificado número crece año tras año.

Es bastante evidente que YA estamos llegando a ese momento en que el alga está colonizando la mitad de nuestro estanque. En estas condiciones es urgente recuperar la inteligencia del caracol, que nos enseña y ejemplifica estrategias de desarrollo negativo.

Será vital para nuestra supervivencia cambiar nuestra innata mirada de cazador por la de jardinero.


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