Se nos fue con la misma sencillez y determinación con que siempre hizo todo. Es triste que muchos no hayan entendido aun lo que significa su obra y se queden con la monserga de que era un dictador más.

 

Cuba es uno de los pocos países en el que el pueblo disfruta de los derechos humanos básicos. Pertenece por historia y cultura a ese entorno tercermundista en que se hallan las antiguas colonias españolas, por ello parece imposible haber logrado su pueblo ese alto estatus de ciudadanos dignos y cultos, aun a través de más de cincuenta años de resistencia en un entorno hostil empeñado sádicamente en hacer fracasar su experimento socialista.

 

¿Se imaginan cómo se viviría en Cuba si hubiesen recibido todo el dinero que EEUU se gasta en hacerla fracasar? Seiscientos intentos de asesinar a Fidel, después del desembarco de mercenarios en Bahía Cochinos, el pastón que le costó a Kennedy rescatar prisioneros por tractores... en cincuenta y seis años les han pasado muchas cosas, han puesto al país en la picota continuamente, pero siempre llegó el momento en que se acabó la diversión: llegó el Comandante y mandó a parar.

 

Un señor nada sospechoso de rojo como Federico Mayor Zaragoza dice: ”…se ha escrito que su muerte despejará el camino hacia la democracia. Es muy deseable.. pero ¿hacia qué democracia? ¿Hacia la de Trump? ¿Hacia la de los mercados que han tenido la desfachatez de designar en Grecia, cuna de la democracia, a un gobierno sin elecciones, sin urnas?”

 

Parece mentira que una isla con pocos millones de habitantes, escasos recursos naturales, cercada económicamente por los países más ricos y mejor armados del mundo pueda haber resistido por tanto tiempo la perniciosa y cercana influencia del país que más acostumbra a intervenir y atosigar a los demás usando los métodos e influencias más criminales e indignas; durante su mandato Fidel ha tenido que contender con once presidentes norteamericanos y a todos les ha ganado el pulso, cada uno con sus métodos, pero todos ellos perdedores.

 

Estos días de luto han demostrado que no cabe duda de que el pueblo cubano en su mayoría admira y quiere a Fidel, a la vez que saben que el sufrimiento que tienen que soportar se lo deben a enemigos que desde sus ricos despachos conspiran en su empeño en impedir que el país siga adelante. Más de cinco décadas de resistencia demuestran que el proyecto de una Cuba socialista es viable incluso estando inmerso en el vórtice del mayor y peor huracán capitalista.

 

El pueblo cubano vive con orgullo la generosidad y solidaridad de su gobierno aplicada a países hermanos con problemas. Con Fidel se va un gran hombre que tenía muy claro que el futuro es el socialismo… o el caos. No hay otra.