Tenía 23 años y acababa de terminar la “mili”. Comencé a trabajar con Atefrisa, empresa de instalaciones mecánicas y Piping. Instalábamos en Cementos del Mar, fabrica cementera que estaba en obras de montaje de sus grandes máquinas e instalaciones. En realidad ya estábamos haciendo las primeras pruebas para la puesta en marcha de la que sería la cementera con el mayor horno de España, con cantera a tres kilómetros, puerto de mar en propiedad y junto a la carretera nacional Valencia Barcelona.

 

Esta fábrica está asentada en el término municipal de Alcanar, provincia de Tarragona. Permanecí en esta empresa seis años, mis compañeros y vecinos eran en mayoría catalanes. En 1972 me contraté con una empresa metalúrgica catalana de Vallirana, pueblo residencial de montaña a 21 kilómetros de la Plaza de España de Barcelona. Fueron dos años gratificantes, joven recién casado y con mi primera hija. Fueron gratificantes por el trabajo, la gente catalana y las excursiones y visitas que hacíamos a los pueblos, playas y masías-restaurantes catalanas.

 

Cataluña nos dejó muy buenas vivencias y muchos amigos catalanes, y amigos nacidos en todas las provincias de España y que residían en Cataluña. Mi jubilación la hice tras trabajar una década con una empresa catalana Gestamp. Aquí dejé muchos amigos catalanes y compañeros de trabajo. El catalán es persona amigable y sincera. Los catalanes son gente que se hace querer y que trata bien a quienes llegan a su país, como visitante o como residente. Es mentira que en España no se les quiera.

 

Desde los primeros días de Diciembre de 1966, por toda España, en carteles y en la radio, la propaganda del régimen, hacia llamamientos a la obligación de votar el referéndum de día 14 de Diciembre de 1966 sobre la ley orgánica de Franco y se apelaba al deber patriótico “votando SÍ”: ¡Vota SÍ! Votar es un deber patriótico. No había ningún cartel que invitara a votar NO.

 

El Referéndum, lo ganó Franco con más del 90% de sies, “Cataluña incluida”. Es mas, creo que Cataluña superó el 90%. Por lo visto, los ahora independentistas catalanes (antaño franquistas) aprendieron bien la lección de preparar referéndums tendenciosos y ágilmente inducidos. Después de intensas reuniones y acuerdos democráticos (en democracia orgánica reducida) su propuesta de “Referendum independentista” es de “vía única inducida”.

 

 

Aunque los catalanes son gente muy culta, en cuestiones de política hay mucha gente (como en el resto del estado) que está mas en lo suyo, su trabajo, que en los asuntos políticos. Cataluña es ya un gobierno Autonómico, sin embargo se vuelve a preguntar (como gancho) si se quiere ser “un estado”, esa es la pregunta trampa o “inducida de vía única”. Nadie va a votar que no quiere ser un estado, al ser ya un gobierno mucha gente no diferencia entre estado o gobierno. Así que si en la segunda no es mayoría el sí, lo será sin duda la primera, por lo cual siguen ganando los nacionalistas que son los que la formulan e interpretan. No existe ningún estado que no sea independiente, por lo tanto ganan en la primera y la segunda, incluso se pueden sumar y sacar mas del cien por cien, un milagro de la manipulación. “Confusión maliciosa”, es la técnica empleada como referéndum, mejor que Franco.

 

 

Con la primera pregunta el referéndum ya está ganado al sacar mayoría el “Si quiero un estado para Cataluña”. Como cuando se guisan caracoles, primero se les pone en agua fresca, los tíos sacan la molla y los cuernos, a medida que el agua se vuelve calentita, babean de gozo. El calor aprieta en la segunda vuelta al gas… y mueren relajados en el engaño. Los catalanes son buena gente, incluso si son nacionalistas, incluso si son independentistas. La maldad, lo pernicioso es la ideología nacionalista desintegradora.

 

Es una pena que Rajoy haya dicho: «El referéndum de independencia de Cataluña no se va a celebrar»