“Barcenas pagó sobresueldos en negro durante años a parte de la cúpula del PP” (El Mundo)
Con este titular nos despertó ayer el diario “El Mundo” de Pedro José Ramírez, al leerlo, el desaparecido presidente Rajoy debió pensar eso de “ten amigos para esto”; esta vez no eran los “enemigos” de PRISA, ni los lunáticos progres con mediocres medios de comunicación, era su “amigo” Pedro J. quién le metía el dedo en el ojo. Alguién pensará, y probablemente no le falte razón, que la lideresa “Espe” no andará muy lejos de estas intrigas en el seno del Partido Popular.
Pero en este ocasión, no solo son luchas fraticidas entre facciones peperas, lo que se desprende de esta noticia, junto a las cuentas en Suiza, la amnistía fiscal o la reforma del Código penal, es algo más profundo que ataca directamente a nuestro propio sistema democrático. En pocas palabras, podemos afirmar que el PP está prostituyendo la democracia en beneficio e interés propio. Lo que además de indecente, es intolerable y hay que ponerle freno urgentemente.
Que el Partido Popular es una máquina de corromper todo lo que toca, es algo más que evidente, ejemplos a decenas, Gürtel, Emarsa, Brugal, Fabra y sus loterías, Blasco y las ONGs, Matas en Baleares, Ignacio Gónzalez y su pisito en Marbella, Rato y Bankia …. Y, ahora, Bárcenas y sus millones. Sin duda, nos encontramos con una concienzuda maquinaria de corrupción bien engrasada y perfectamente tolerada por aquellos que miran para otra parte, cuando no forman parte directa del entramado.
¿Chorizos? SI, pero, en la situación en la que este país se encuentra, los escándalos, son más escándalos, y, cuando mientras millones de españoles se levantan cada día sin saber si podrán siquiera comer, unos sinvergüenzas expolian sin rubor las maltrechas arcas públicas. Al grito de ¡¡¡AUSTERIDAD!!! nos recortan y destruyen lo que más amamos, la sanidad, la educación, la dependencia, las pensiones, nuestros sueldos, nuestros derechos, nuestra propia dignidad; mientras, ellos, los dirigentes del PP, ellos, si, no otros, porque no todos son iguales, nos roban y se enriquecen.
Hay quién, como el profesor, Fernando Vallespín, habla de “resetear” la democracia para evitar su corrupción definitiva. Yo no creo que nuestro sistema político sea malo, sin duda es mejorable, pero perfectamente válido. Creo, más bien, en la necesaria regeneración política que logre una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones y una mayor agilidad judicial para desalojar del poder a los corruptos y a quién los amparan. No solo ser honrado, sino parecerlo, es una máxima que en la política debería convertirse en Ley. Tener a 8 o 9 imputados en las Cortes Valencianas es insostenible y socialmente repugnante. Cambiemos las leyes para que eso no pueda suceder. Demos una patada, democrática,, pero patada al PP e indiquémosles donde está la salida, su presencia en el poder apesta.
