El Bloc y el Port, sin prejuicios y sin complejos

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Jueves, 10 Febrero 2011 01:00

Hay quien sentencia que el Bloc es un partido que no tiene nada que hacer en el Port de Sagunt porque somos demasiado valencianistas, porque siempre hablamos en valenciano. Es como si hablar tu propia lengua, que es además un idioma oficial y la lengua propia de los valencianos, estuviera mal visto; incluso algunos lo interpretan como un síntoma de radicalismo. Por el contrario, usar sistemáticamente el castellano parece lo normal, lo adecuado, aunque se vulnere la legislación vigente. Incluso hay quien defiende que habría que hablar valenciano en Sagunt, pero castellano en el Puerto. Nosotros no pretendemos imponer nada a nadie, simplemente aspiramos a cumplir con las leyes, entre otras con el Estatut, que nos dice que el valenciano será objeto de especial promoción. Y aunque nos tengamos que quedar solos en la defensa de nuestra lengua, lo haremos, como demócratas, valencianistas y progresistas que somos.

Pero este no es el único prejuicio sobre el Bloc y el Port, ni el más injustificado. El que más me duele políticamente y personalmente es el que plantea que el Bloc sólo piensa en Sagunt y que el Port no nos importa, que incluso pretendemos perjudicar con nuestra gestión a los porteños. Y claro está, como no hay ni una sola prueba que permita sustentar semejante despropósito, se confía en que la simple repetición de la mentira se convierta en verdad. Muy al contrario, cualquier miembro del Bloc y yo el primero, puede ir con la cabeza muy alta, porque nosotros hemos defendido, defendemos y defenderemos como el que más los intereses del Port de Sagunt. Ejemplos hay tantos que necesitaría un periódico entero para exponerlos, tanto en los diez años ininterrumpidos en que hemos gobernado como en los períodos de oposición.

Por no remontarnos demasiado en el tiempo para recordar que nos opusimos a la destrucción del Alto Horno, o que siempre hemos participado en la defensa de una Gerencia pública, o que participamos activamente en la puesta en marcha del Centro Cívico del antiguo Sanatorio, pondré algunos ejemplos. Durante la anterior legislatura, desde nuestras competencias, dimos solución a problemas urbanos crónicos en todos los sectores que todavía quedaban pendientes, desde el Barrio San José, al Ferroland o la Marina, y programamos todas la actividades culturales que han hecho de la Casa de Cultura o el Centre Cívic un referente de calidad. Nuestras propuestas para el malecón de Menera o para la zona portuaria son excelentes y hemos sido los primeros en reclamar la adquisición de patrimonio como la Casa Noguera o la Casa Amarilla de la avenida del Mediterrani. ¿Quién sino el Bloc ha llevado la iniciativa para evitar la instalación de un horno crematorio en el Port? ¿Quién sino el Bloc está intentando que se garantice la calidad del aire que se respira especialmente en el Port? La lista, a lo largo de tantos años es larguísima y no encuentro ni un sólo ejemplo que demuestre que por pasiva o por activa  el Bloc haya perjudicado al Port. Seguramente no lo hemos sabido comunicar de manera efectiva, pero no es menos cierto que se nos ha sometido a una campaña machacona de desprestigio. Y no es menos cierto que aunque los prejuicios se sustenten en falsedades evidentes, pueden llegar a funcionar como verdades.

Una de las claves posibles del prejuicio radica en el intento de identificar los intereses del Port con los objetivos segregacionistas. Para el Bloc esta estrategia es perversa, no sólo porque reducir el Port a la segregación es una simplificación injusta, sino porque además los segregacionistas no representan la voluntad mayoritaria de los porteños, ni en la firmas del expediente ni mucho menos en los resultados electorales. No obstante, sí debo reconocer que el Bloc es el partido que más claramente se ha opuesto a los dos expedientes de segregación planteados, y no entendemos cómo el resto de partidos no lo ha hecho en la misma medida. ¿Qué postura cabe ante el intento de un grupo de ciudadanos de perjudicar gravemente a otro grupo de ciudadanos? Sinceramente, puedo respetar objetivos políticos aunque no los comparta, pero me parece inaceptable que se intente menospreciar y marginar a una parte de la población; y eso es lo que hay en el fondo y en la palabras de los dos expedientes, aunque no lo reconozcan públicamente los que defienden la segregación ni los que se oponen con la boca pequeña por intereses electorales.

Parte de la estrategia consiste en comparar el Bloc con SP, como si fueran dos caras de la misma moneda, dos gemelos que se miran en un espejo y se retroalimentan. Estos maestros del maniqueísmo se erigen en árbitros de una partida que no existe, con el único objetivo de disimular sus complicidades para obtener réditos electorales. La nómina de maestros de la ambigüedad calculada es larga y mediocre, empezando por el mismo Alcalde y con insignes representantes en los otros partidos. ¿Se nota que me duele? Es que me duele, y me duele porque es mentira, y porque es una mentira cobarde. El Bloc no se parece en nada a SP, ni en el modelo de ciudad ni mucho menos en principios éticos e ideológicos; nosotros trabajamos para todos los ciudadanos sin prejuicios territoriales y ellos  ignoran, cuando no menosprecian, los problemas de los vecinos de Sagunt; nosotros trabajamos para construir desde bases democráticas y progresistas, en el gobierno o en la oposición, mientras ellos representan una opción de derecha conservadora en la práctica.

Este artículo no pretende ser ninguna declaración de intenciones, pues no contiene ninguna novedad, en el Bloc somos coherentes hasta la heroicidad. Como candidato a la Alcaldía voy a hablar claro, sin ambigüedades, no me importa reconocer los errores, pero me irritan la mentiras. Continuaremos trabajando por el Port como siempre, pese a quien pese, sense prejudicis i sense complexos.

Francesc Fernández Carrasco, es el portavoz del Bloc en el Ayuntamiento de Sagunto.
Modificado por última vez en Jueves, 10 Febrero 2011 01:00

 

 

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