La flexibilidad laboral está fomentado el nacimiento de nuevas formas de empleo que han ido reemplazando el empleo estándar, permanente, a tiempo completo por empleos inseguros, inestables, de bajo nivel salarial y peores condiciones de trabajo. Las empresas han desarrollado estrategias como la externalización, la subcontratación y el empleo eventual con condiciones de trabajo que implican, en muchos casos, inestabilidad de los puestos de trabajo, bajas condiciones salariales, mínima protección de los contratos empleados y excesiva rotación de los trabajadores en el mercado laboral con jornadas reducidas o muy largas.
En España más de 300 empresas de empleo temporal ( ETT’s) y un número indeterminado de empresas de servicios operan desde hace años. Empresas que no han contribuido, en medida alguna, a mejorar la calidad del empleo y en algunos casos, son empresas de esclavitud para los trabajadores, en una buena parte inmigrantes, del sector agrícola y de la industria alimentaria. De hecho, desde hace unos años, la contratación de nuevos recolectores de cítricos en la Comunidad Valenciana no se está realizando mediante la contratación ordinaria, sino a través de las ETTs (es curioso que todos los almacenes de cítricos tengan antes del inicio de su campaña un cartel en sus puertas colgado que dice: «no se necesita personal para manipular, ni recolectar cítricos», y sin embargo las empresas de trabajo temporal se anuncian con: «se necesitan 100 recolectores para la zona de Nules» y de determinadas empresas del sector ahora denominadas «Empresas de Servicios» que se contratan como empresas poseedoras de trabajos externos que se ceden a una segunda empresa contratante con el único objetivo de abaratar costes.
Se multiplican los contratos precarios y las actividades particulares o autónomas y ha aumentado más el número de personas que se apunta a una empresa de trabajo temporal (ETT), que las inscripciones en los Servicios Públicos de Empleo. Son trabajadores que en la mayoría de los casos llevan consigo incumplimiento legislativo en materia de salud laboral y pago de salarios por debajo del convenio colectivo vigente. Trabajadores sin vacaciones, con miedo a denunciar las precarias condiciones laborales, a disposición permanente de ser llamados o no, con retrasos en el cobro y listas de trabajadores «conflictivos», hacen de este sector la oveja negra de la precariedad laboral.
Está demostrado que este tipo de empresas no aportan nada nuevo al modelo productivo y son fuente de innumerables problemas para el Gobierno, empresas usuarias y trabajadores. Por el camino se pierde calidad en los materiales, seguridad y empleo. En un país como el nuestro, con grandes tasas de temporalidad, nada ayuda este tipo de empresas, que son bolsas de fraude de ley en la contratación y lo que es más grave, facilitan la competencia desleal, por parte de empresas usuarias sin escrúpulos, al resto del sector.
Desde CC.OO. llevamos tiempo denunciando este tipo de prácticas empresariales y exigiendo a las distintas administraciones que se actúe de manera escrupulosa en el control de estas empresas, pues la actividad de intermediación en el mercado de trabajo con fines lucrativos y el tráfico de mano de obra, ha sido tradicionalmente considerado por los Tribunales como cesión ilegal de trabajadores y ha estado prohibido en el ordenamiento laboral, al poder conculcar derechos de los trabajadores.
En España más de 300 empresas de empleo temporal ( ETT’s) y un número indeterminado de empresas de servicios operan desde hace años. Empresas que no han contribuido, en medida alguna, a mejorar la calidad del empleo y en algunos casos, son empresas de esclavitud para los trabajadores, en una buena parte inmigrantes, del sector agrícola y de la industria alimentaria. De hecho, desde hace unos años, la contratación de nuevos recolectores de cítricos en la Comunidad Valenciana no se está realizando mediante la contratación ordinaria, sino a través de las ETTs (es curioso que todos los almacenes de cítricos tengan antes del inicio de su campaña un cartel en sus puertas colgado que dice: «no se necesita personal para manipular, ni recolectar cítricos», y sin embargo las empresas de trabajo temporal se anuncian con: «se necesitan 100 recolectores para la zona de Nules» y de determinadas empresas del sector ahora denominadas «Empresas de Servicios» que se contratan como empresas poseedoras de trabajos externos que se ceden a una segunda empresa contratante con el único objetivo de abaratar costes.
Se multiplican los contratos precarios y las actividades particulares o autónomas y ha aumentado más el número de personas que se apunta a una empresa de trabajo temporal (ETT), que las inscripciones en los Servicios Públicos de Empleo. Son trabajadores que en la mayoría de los casos llevan consigo incumplimiento legislativo en materia de salud laboral y pago de salarios por debajo del convenio colectivo vigente. Trabajadores sin vacaciones, con miedo a denunciar las precarias condiciones laborales, a disposición permanente de ser llamados o no, con retrasos en el cobro y listas de trabajadores «conflictivos», hacen de este sector la oveja negra de la precariedad laboral.
Está demostrado que este tipo de empresas no aportan nada nuevo al modelo productivo y son fuente de innumerables problemas para el Gobierno, empresas usuarias y trabajadores. Por el camino se pierde calidad en los materiales, seguridad y empleo. En un país como el nuestro, con grandes tasas de temporalidad, nada ayuda este tipo de empresas, que son bolsas de fraude de ley en la contratación y lo que es más grave, facilitan la competencia desleal, por parte de empresas usuarias sin escrúpulos, al resto del sector.
Desde CC.OO. llevamos tiempo denunciando este tipo de prácticas empresariales y exigiendo a las distintas administraciones que se actúe de manera escrupulosa en el control de estas empresas, pues la actividad de intermediación en el mercado de trabajo con fines lucrativos y el tráfico de mano de obra, ha sido tradicionalmente considerado por los Tribunales como cesión ilegal de trabajadores y ha estado prohibido en el ordenamiento laboral, al poder conculcar derechos de los trabajadores.
Amparo Aguilar
Responsable de FEAGRA
Comisiones Obreras del Camp de Morvedre y Alto Palancia
Responsable de FEAGRA
Comisiones Obreras del Camp de Morvedre y Alto Palancia
