Hace una semana celebramos nuestro día, el de día nacional de nuestro país, el día de la hispanidad y, en definitiva, el día de todos los españoles y todas las personas que aman nuestro país por su grandeza en todos los sentidos. Un día para ensalzar nuestro sentido de estado, democrático y de derecho, para ensalzar nuestra nación libre y próspera, un día para amar aún más si cabe nuestra tierra, rica en cultura, gastronomía, fiestas y, sobre todo, en su gente. Y, por supuesto, conmemorando que en este 12 de octubre Cristóbal Colón llegaba a América en 1492, siendo el símbolo del «encuentro de dos mundos» que dio lugar al Nuevo Continente.
Pero también es un día para querer un poco más a la patrona de Zaragoza, pues como todos sabemos el día nacional es coincidente con el día de la Virgen del Pilar. Y celebramos su festividad porque entre nuestra ciudadanía hay muchas raíces aragonesas y por las venas de muchos de nosotros corre sangre de Aragón. Y esto, ¿dónde se ejemplifica mejor? Pues en las queridísimas casas aragonesas de nuestra ciudad.
El Centro Aragonés y la Casa de Aragón son vida, son humildad, son trabajo, pasión y amor por su tierra y, por la nuestra. Pues en su día, las generaciones llegadas de tierras mañas lo hicieron en busca de una vida y con el paso de los años fueron encontrando en nuestra ciudad su familia, su hogar. Todo ello, sin renunciar a un ápice de sus raíces, ya que aquí siempre se nos caracterizará por el buen querer y acogimiento de nuestra ciudadanía a los ciudadanos de otros lugares venidos tanto del territorio nacional, como internacional.
Ambas casas aragonesas, el Centro Aragonés y la Casa de Aragón, las constituyen gente trabajadora y amante de su comunidad y de la que les acogió, la nuestra, la Comunitat Valenciana. Ambas casas aragonesas son ejemplo palpable de asociaciones culturales de nuestra ciudad, buenas defensoras del patrimonio humano, y hablo de humano cuando digo que la riqueza de sus gentes es única y especial, siendo, por lo tanto, un patrimonio maravilloso. Ambas casas aragonesas son el espacio en el que se pueden encontrar tanto aragoneses como personas de calle, son espacios amables donde la jota aragonesa, patrimonio cultural de Aragón, resuena entre sus paredes y cuando disfrutamos de ella, es simplemente precioso. Las casas aragonesas son espacios culturales y de formación e información, donde se puede asistir desde jornadas de concienciación de diferentes ámbitos del día a día de nuestras vidas y dirigidas a un público más senior y no tanto. Se realizan presentaciones de libros y exposiciones de todo tipo, además de lugares de encuentro donde disfrutar de la belleza de nuestra vecina cultura aragonesa.
Y mientras escribo esto, se me llenan los ojos de lágrimas de alegría al recordar a todas las personas que han formado parte, de manera más directa o menos, de nuestras dos queridas casas aragonesas en la ciudad. Amigos con un corazón partido, de aquí y de allí, siendo el más valenciano y el más maño y trabajando en sus respectivas casas para conservar la esencia de lo que han sido y hoy son el Centro Aragonés y la Casa de Aragón. Para todos ellos y porque ambas asociaciones culturales sigan creciendo y celebrando un día tan bonito como es el día de la Virgen del Pilar, muchísimas gracias.
Maribel Sáez Martínez
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sagunto
