Núñez Feijóo, convencido de que sería presidente del gobierno, le dijo a Pedro Sánchez en la última sesión del Senado de la anterior legislatura, «nos veremos en el Congreso para mi investidura». Verse, se han visto, pero Núñez Feijóo no será presidente, ya que la mayoría absoluta de sus señorías en las sesiones del Congreso celebradas los días 26 y 27 y 29 de septiembre, han votado en su contra.

El tiempo dirá si Núñez Feijóo se consolida como líder del PP y jefe de la oposición o si le ocurre lo mismo que a Pablo Casado. Aunque los perdedores no suelen resignarse a serlo, pero que no nos tomen por idiotas. Decir «he podido ser presidente, pero no he querido» es síntoma de su impotencia. ¿Acaso eran suyos los votos del PNV o de Junts? No le faltaban 4 votos, sino que le sobraban los 33 de Vox porque nadie se le quiere arrimar. El relato de Núñez Feijóo para convencer a la ciudadanía española que «en democracia debe gobernar la lista ganadora de las elecciones» fue desmontado con una sola frase por el portavoz del PSOE, Óscar Puente, cuando le recordó que él mismo encabezó la lista del PSOE que ganó las elecciones municipales en Valladolid y, debido al acuerdo PP-Vox, no fue investido alcalde. «De ganador a ganador: ¿por qué no puedo ser alcalde de Valladolid y usted sí puede ser presidente del Gobierno?» Que la alianza PP-Vox siga llamando ilegítimo al gobierno del PSOE-UP es llamar ilegítimos a todos sus gobiernos de coalición donde no ganaron las elecciones, entre ellos el citado de Valladolid o la comunidad de Extremadura, por mencionar ejemplos actuales. No nos sorprende que Vox califique al gobierno PSOE-UP como el peor gobierno de la historia de España, porque, para ellos, el mejor gobierno fue el de la dictadura franquista. Ese gobierno y régimen sí fue ilegítimo, impuesto por la fuerza de las armas a la ciudadanía española.

No es creíble el compromiso de Núñez Feijóo a formar un gobierno de la verdad si fuera presidente, ya que él mismo y su partido son especialistas en lo contrario. Algunos ejemplos. J.M. Aznar nos metió en la Guerra de Irak a sabiendas que no había armas químicas, como así lo han reconocido Blair y Busch. Volvió a mentir con los atentados terroristas del 11 de marzo. M. Rajoy decía en campaña electoral que bajaría los impuestos y los subió cuando alcanzó el gobierno. Núñez Feijóo dijo que no pactaría con Vox y ahora los ha metido hasta en la cocina y se come lo que ellos preparan. Núñez Feijóo dijo en las sesiones del Congreso, que mantendría medidas del gobierno PSOE-UP con algún matiz, entre ellas, la subida del salario mínimo, reforma laboral, de pensiones y su incremento con el IPC, aunque omitió ese detalle, impuesto a la banca y grandes empresas energéticas etc., cuando en la anterior legislatura el PP votó en contra de dichas medidas en el Congreso, porque llevarían a España a la ruina, lo que no ha ocurrido. Vuelven de nuevo con Bildu y ETA como arma arrojadiza contra Sánchez y Yolanda Díaz. Omiten decir que el portavoz nacional del PP, Borja Semper, había reconocido que «Bildu no es ETA» y que la aceptaban en las instituciones, ya que ETA había sido derrotada. Con estas premisas, el apoyo parlamentario de Bildu al gobierno PSOE-UP ha servido para consolidar avances que beneficiaban a la mayoría social. En cambio, el gobierno del PP con los ultraderechistas de Vox en ayuntamientos y comunidades autónomas, está sirviendo para todo lo contrario, al recortar derechos y libertades. Sobre ETA fue J.M. Aznar quien la blanqueó y la legitimó, incluso, al reconocerla como «movimiento vasco de liberación», mientras la banda terrorista seguía asesinando.

Felipe VI ha encargado a Sánchez que se presente a la investidura para la presidencia. del Gobierno. Estamos convencidos que será elegido presidente y formará un gobierno PSOE y SUMAR, con los apoyos parlamentarios necesarios mediante un pacto de legislatura. Compartimos las palabras de Yolanda Díaz cuando dice que, además de seguir con las políticas aplicadas por el gobierno PSOE-UP, hay que ser más ambiciosos. Por tanto, en nuestra opinión, el papel de SUMAR puede ser decisivo, como lo ha sido el de Unidas Podemos en el gobierno presidido por Sánchez, si queremos seguir ganando más derechos laborales, sociales, de ciudadanía, en políticas contra la violencia de género y de igualdad, así como la defensa y mejora de los servicios públicos y, al mismo tiempo, una reforma fiscal para que pague quien mas tiene, que sirva para afrontar ese gasto público.

Ángel Olmos Gauses y José María López Barquero