El acoso escolar es un tema muy importante y relevante en la sociedad actual, ya que los efectos de este fenómeno van más allá de las aulas escolares. Está demostrado que el bullying puede tener graves consecuencias para la salud física y emocional de las víctimas, incluyendo ansiedad, depresión, fobia escolar, bajo rendimiento académico e incluso suicidio. Además, afecta a uno de cada tres niños o jóvenes en el mundo.
Como alguien que probablemente haya presenciado el acoso escolar, sabes que es una realidad demasiado presente en nuestras escuelas. Ya sea porque lo has sufrido en carne propia o porque has sido testigo de alguna situación cercana, el problema es claro y requiere medidas efectivas que prevengan su perpetuación. No sé si es por la falta de fortaleza mental de los niños o por la crueldad y los valores ausentes en algunos, pero es probable que sea una combinación de ambas cosas.
El deporte es una herramienta valiosa en la lucha contra el acoso escolar, ya que fomenta el compañerismo, la cooperación, el respeto y la autoestima. A través del deporte, los jóvenes pueden desarrollar habilidades sociales, emocionales y físicas. Además, ayuda a canalizar los problemas que puedan estar experimentando en sus vidas personales y escolares.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el ambiente deportivo también es uno de los escenarios donde se produce el acoso. En deportes individuales o colectivos, los jóvenes pueden sentirse intimidados o excluidos por sus compañeros si sus entrenadores no gestionan bien los éxitos y los fracasos. Es un error no premiar a los mejores y más trabajadores para no ofender a los menos dotados. Creo que es importante vivir con naturalidad sabiendo que cada persona es como es, y que primero solo hay uno, no tiene por qué ser algo negativo. El problema empieza si no se dejan claros los objetivos, tanto a padres como a los jóvenes, y se diferencia desde el minuto cero el deporte competitivo del deporte como herramienta formativa y recreativa.
Para poder solucionar esto, es importante que los entrenadores, padres y demás adultos responsables en el entorno deportivo estén atentos a las señales de acoso en su club y detecten si hay algún joven sufriendo. Es crucial fomentar un ambiente de respeto y tolerancia en el campo de juego, donde cada joven se sienta valorado y apreciado por sus habilidades y su carácter.
No obstante, existen diferentes iniciativas que están en marcha para combatir el acoso escolar en los deportes, como por ejemplo el programa "Deportes sin Bullying", que se dedica a concienciar sobre la importancia del respeto y la tolerancia en el deporte y ofrece asesoramiento y herramientas para gestionar posibles situaciones de acoso a jóvenes deportistas. Otra acción efectiva es la del apadrinamiento, donde atletas o jugadores de más nivel ayudan y acompañan a otros compañeros en su aprendizaje y desarrollo.
Este problema es muy grave en todo el mundo y tiene consecuencias muy negativas para la salud y el bienestar de las víctimas.
Como entrenadora, he vivido numerosos casos de éxito donde jóvenes apocados y solitarios se han convertido en líderes positivos y ejemplos de superación para otros. Juntos podemos trabajar para erradicar el acoso escolar y crear un mundo más justo y saludable para nuestros jóvenes.
Los adultos somos responsables de todo esto, ya que hemos dejado que la tecnología, la híper protección, la pérdida de autoridad, la falta de referentes y la ausencia de valores se instalen en nuestra sociedad. Y estoy absolutamente convencida de que las dinámicas de disciplina, valores, compañerismo, gestión de las emociones y otros beneficios en las relaciones sociales que aporta el deporte son un antídoto contra el acoso.
Mariola Corega
Deportista
