Cuando Otegui gobierna un país

Escrito por Sergio Muniesa Franco
Viernes, 04 Diciembre 2020 20:01

Si ya teníamos un hombre de paz, regocíjense porque además lo es ya de estado. Así que no busquen más, se trata de un político que la izquierda progresista lo presenta como la gran esperanza, el nuevo futuro y que ofrece su generoso y espontáneo apoyo a los Presupuestos Generales del Estado.

Como ya habrán supuesto se trata de Ornaldo Otegui. Pero, además despreocúpense, porque su apoyo va más allá del trámite presupuestario y se ha convertido de nuevo, junto a ERC, en los aliados naturales del Gobierno. El bloque de la investidura.

Así es como lo ven Sánchez e Iglesias, y lo abanderan porque consideran muy progre y de izquierdas el nacionalismo y la autodeterminación. Para los que lo dudaban, ya los tenemos en la dirección del Estado. Ya no les puede sorprender que, a partir de ahora, los hacedores de opinión de la Moncloa, tuerzan de nuevo su discurso, y lo que nunca han ocultado ni ERC, ni Bildu; imponer la autodeterminación de sus territorios, hurtando a los españoles el derecho a decidir dónde empieza y acaba España, comience a empapar sus discursos como lluvia fina otoñal.

Lo demencial es cómo casar un apoyo para gobernar los próximos tres años con quienes no quieren ni la constitución ni el actual estado de las autonomías.

Porque, de verdad, quiénes han votado al PSOE ¿se creen que la desigualdad y la autodeterminación que esgrimen estos grupos “indepes” es lo progre y de izquierdas?

Es cierto que Iglesias no ha engañado y sigue fiel a sus posicionamientos de impunidad contra quienes quebraron la legalidad contra el Estado, pero, ¿cómo comprar una vez más el cambiazo de Sánchez?

No es ya que no le dejara dormir el mero hecho de pensar que tuviera que pactar con Iglesias, que lo hizo, sino que, nuevamente, sus votantes le compren que de eso de cumplir íntegramente la condena y nada de indultos, lo vamos a perdonar. Que la rebelión, que era de libro, lo cambiamos modificando la pena de sedición y ya no existirá si no se acompaña de alzamiento armado. Este desmentirse a uno mismo, todo el tiempo, como hace Sánchez, debe resultar realmente agotador.

Es un extraño modo de conceptuar el perdón para quienes han sido sentenciados por ser autores de rupturas del orden constitucional y de blanquear la historia de EH-Bildu y sus respectivos líderes.

En el todo vale de Podemos y PSOE, trazan el relato de convertir a los autores de delitos, condenados por los tribunales por romper la ley o justificar el reguero de crímenes de ETA, en gente de paz y orden.

Que aprueban las cuentas por su amor desmedido a España cuando Otegui, declara en la TV3 que la república independiente vasca pasa por decir 'sí' a los presupuestos o ERC afirma que lo que le pase a España, les importa un comino.

Pero quienes representan el peligro son los partidos constitucionalistas por ejercer la oposición y la crítica desde la palabra. Me preocupa que haya quien les “compren” estos motivos de comprensión. Una falacia, fabricada artificialmente que intenta convencer de que el perdón a quienes violentaron los derechos de todos declarando unilateralmente su independencia y aligerarle la pena tras afirmar que volverían a hacerlo, es el triunfo de la democracia y por el ánimo común que les une del “amor a España”.

La realidad es que quienes siguen al frente de un partido, y en plena actividad política, tras liderar un alzamiento para impedir la aplicación de las leyes y quien participó en un secuestro o perteneció al entramado de ETA, como Otegui, son los elegidos por Sánchez e Iglesias para la dirección del Estado. Y ese es el verdadero peligro, porque estos, a diferencia de Pedro Sánchez, sí que cumplen con su palabra.

Sergio Muniesa Franco
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sagunto

 

 

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