¿Nueva Normalidad o Nuevo Orden Fascista?

Escrito por Ramón García Ortín
Miércoles, 06 Mayo 2020 13:48

Mientras en nuestro país los ciudadanos se devanan los sesos tratando de explicarse y encontrar lógica, sin mucho éxito, por cierto, a casi todas las medidas, algunas de ellas inhumanas, que ha venido adoptando el gobierno desde el comienzo de la crisis. Citando a alguna de ellas:

¿Cómo se puede sacar a pasear al perro desde el primer día para hacer sus “necesidades” por aceras y parques, que como todo el mundo sabe es lo más “higiénico” que existe, pero no puede sacar a la calle a su hijo, aunque lleve paquete?

¿Qué contagio puede realizar el ciclista que hace su ruta y hasta los coches tienen que pasar a metro y medio de él?

O el surfista que aprovecha el temporal para sacar su tabla y surcar las olas. ¿A quién puede contagiar, a los calamares?

O el aficionado que se va a recoger espárragos al monte. ¿A quién contagia, a los gorriones?

¿Por qué el matrimonio que todos los días comparte cama, no puede ir junto en el automóvil?

¿Por qué los pequeños comercios, de ropa, calzado, ferretería, deportes, etc. han tenido que permanecer cerrados, si el distanciamiento se puede realizar en ellos perfectamente?

¿Por qué inicialmente las mascarillas no servían para nada y ahora son muy recomendables y obligatorias en el transporte público?

¿Por qué se limita el alejamiento del domicilio, si cuanto mayor sea el espacio de distribución para las personas, más distanciamiento habrá entre ellas?

¿Por qué se establecen franjas horarias para las salidas, cuando eso favorece las concentraciones?

¿Qué significado tenían los generales de los tres ejércitos y máximos responsables de la Guardia Civil y la Policía Nacional en las ruedas de prensa de sanidad?
¿Qué misión cumplían la Brigada Paracaidista y los Grupos de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra en las calles?

¿Por qué el espectacular control policial por calles, plazas, caminos y carreteras, como si todos los ciudadanos fuéramos delincuentes, como si se estuviera buscando a peligrosos asesinos?

No hay respuesta a ninguna de estas preguntas, si queremos encontrarlas con el sentido común de ciudadanos que nos movemos dentro de nuestro entorno cotidiano, que llamaremos ámbito civil.

Quizás, como maniobras militares, donde se ensayan los despliegues de material y, sobre todo, el control de la población, todas esas medidas tomen sentido, incluido el «no hay plan B» de Pedro Sánchez, pues cuando los que mandan dan una orden, se ejecuta, no se discute.

El pasado 1 de mayo el diario La Vanguardia, en un artículo firmado por Nuria Vila, desde Suecia, exponía que: Suecia se ha desmarcado del resto de países europeos y, a diferencia también de sus vecinos nórdicos, ha evitado imponer restricciones severas y ha mantenido abiertos colegios y negocios, confiando en la responsabilidad de los ciudadanos.

La información añade que se han registrado 2.600 fallecimientos relacionados con el Covid-19, que en un país de poco más de 10 millones de habitantes, supone la mitad porcentual que en España.

Michael Ryan, Director Ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, que dirige el equipo responsable de la contención y el tratamiento internacional de COVID-19, ha señalado al país sueco como un ejemplo a seguir. Es curioso que Suecia siga siendo un país neutral no perteneciente a la OTAN, quizás sea una casualidad.

Sigue el Gobierno de España utilizando cifras descontextualizadas para seguir infundiendo pánico en la población, las cifras que barajan no se alejan mucho de lo que es la normalidad, de lo que ocurre estadísticamente: Cada año fallecen más personas mayores de 80 años, porque son muchas más, el año 2018 fallecieron 268.580 de ellas, es decir, una media de 22.382 al mes, pero no todos los meses fallece el mismo número, depende de varios factores, entre otros, de los virus en circulación, así, el año pasado, en enero fallecieron 28.848 personas mayores de 80 años, mientras que en Junio solo murieron 18.334 de esa misma franja de edad.

Es decir, lo que está ocurriendo es perfectamente previsible, en nuestro país las personas mayores de 85 años en el año 2000 eran 665.048 y 1.517.815 en el 2019, o sea casi el triple. ¿Qué han hecho los distintos gobiernos para atender las necesidades de nuestros mayores cuando más cuidados requieren?, reducir camas hospitalarias, reducir medios y reducir personal sanitario.

Seguramente, si la décima parte del coste del destrozo económico que están ocasionando, se hubiera dedicado a mejorar la sanidad pública y la atención asistencial, muchas de las vidas que este año y los anteriores se han perdido, se hubiesen salvado.

Y ahora nos quieren hacer tragar que la solución pasa por encarcelar al país entero, niños incluidos. Creo que el virus más peligroso que está propagándose es el virus del fascismo.

Para darle la vuelta a lo que nos tienen preparado, hará falta, cabeza, corazón y valor, por parte de todos y sobre todo de la juventud. Espero que el tiro les salga por la culata.

Entretanto, los de VOX boquiabiertos, viendo como el Gobierno de España les adelanta elegantemente por la derecha.

Ramón García Ortín

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