Hablar de paises y de sus diferencias es a veces muy complicado, puesto que todos los paises tienen cosas buenas y malas no solo por lo que ofrecen social y culturalmente sino también por sus estructuras políticas y su forma de expresarlas de forma democrática. Dictatoriales e incluso con un cierto tono de desprecio no solo social sino de cualquier valor humano y que provoca con ello la exclusión parcial o casi total de su población.

 

Pues bien pese a todo esto cuando uno analiza, desde distintos puntos de vista, España, esa nación, a la que a muchos se les “ emborracha la boca con su patriotismo ( perdonen mi brusquedad al decirlo) exagerado y teatral; es diferente. Y muy diferente a muchos de los paises que nos rodean o están más cerca a nosotros. Y no lo digo por la riqueza cultural, que la tenemos y mucho, sino por la “ pobreza política”. Pues pocos de los paises que nos rodean permitirían ni permiten que gobierne el país, un partido imputado y lleno de personas condenadas o el juicio por prevaricación, malversación y otros aspectos que demuestran la pobreza política y el mal “ querer” a esa “ patria” a la que tanto dicen amar.

 

Y somos diferentes puesto que somos capaces de convertir un deseo de que la voluntad de un pueblo de expresar mediante referéndum una opinión lógica o ilógica lo transforman en un problema de estado y con cierto cariz esperpéntico, absurdo e insensato. Transformando este hecho de una obra costumbrista en una tragicomedia clásica griega con un grado o matiz de folletín medieval autoritario e inquisitorio. Y lo mismo pasa incluso cuando ante un homenaje y una crítica al terrorismo, transformamos este hecho en una comedia llena de absurdos e insensateces en vez de dialogar, llenar a una unión y luchar con esta lacra que provoca la verdadera deshumanización que es el terrorismo con todas sus causas y consecuencias.

 

Y todavía somos más diferentes cuando hacemos leyes y luego no las cumplimos, aunque pasen años desde su promulgación y puesta en la calle, y estoy hablando de la ley de memoria histórica; pues pese al estar promulgada desde hace más de 10 años todavía existen miles de personas enterradas en las cunetas por haber defendido una democracia, unos valores de libertad y aquellos que defienden a sus “ verdugos” ponen trabas para dar una sepultura digna a estos seres humanos, e indican que hay que olvidar o se vanoglorian de no poner un euro en los presupuestos para dar dignidad y sepultura a unos seres humanos que lucharon por el orden establecido ante el golpe de estado que por desgracia acabo con una democracia y lo peor es que provoco un genocidio que solo acabará cuando todos los muertos descansen en paz y todos los juicios ilegales se destruyan y se declare la inocencia de cada una de las victimas y muchas de ellas todavía sus cadáveres en las cunetas.

 

Y diferente es nuestro país puesto que pocos permiten que la justicia no sea igual para todos y que se vea y se sienta que “ el que la hace la paga” solo se cumple en los pobres, en la clase humilde, no en determinada clase o estamentos donde parece ser que “ todo vale” y donde no se condena al que la hace sino que se le premia con honores o con amnistías fiscales o permiten que pueda disfrutar de libertades que a otros no se les permite por muchos menos.

 

Y diferentes somos cuando nos felicitamos cuando se crea empleo precario y que roza el esclavismo salarial y laboral, y continuamos teniendo una alta tasa de paro. Y podríamos escribir más cosas y diferencias que nos separan. Por eso y pese a nuestra gran riqueza cultural y monumental, por todo lo descrito y por muchas más cosas que se han quedado en el tintero: España es diferente.