Otras España decente es posible

Escrito por Ángel Olmos Gauses
Viernes, 29 Julio 2016 15:05

Desde las elecciones del 26 de Junio, ha trascurrido un tiempo suficiente para analizar la situación con menos acaloramiento y observar cómo van situándose las piezas del tablero político. El PP fue el partido más votado con más de 7 millones de votos y 137 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta. No obstante, más de 15 millones de ciudadanos y ciudadanas que se traducen en 213 escaños, no le votamos. No está escrito que el partido más votado, salvo que tenga mayoría absoluta, sea la única opción democrática de gobierno. En Europa hay países donde gobierna la lista más votada y en otros como Dinamarca, Bélgica, Portugal o Luxemburgo por ejemplo, no gobierna la lista más votada, sino que gobiernan en coalición, partidos que han quedado en segundo o tercer lugar; en algunos casos con menos del 20% de los votos. Acaso alguien duda de que dichos países, no son democráticos? Rita Barbera, Esperanza Aguirre o Silvestre Borras gobernaron en coalición con otros grupos políticos que juntos tenían más votos y escaños, no habiendo sido el PP la lista más votada. Duda el PP de su elección democrática ¿Con qué autoridad ética y democrática se arroja Rajoy la única opción de Gobierno por ser la lista más votada? Acaso no sería igual o incluso más democrática otras opciones de gobierno que significaran un cambio de rumbo en la política de recortes del PP? El acuerdo entre PP y ciudadanos junto a la abstención de nacionalistas e independentistas (para el PP eran demonios que quieren romper España) les ha permitido ocupar la mayoría absoluta en la Mesa del Congreso cuando no tienen la mayoría absoluta. Lo mismo podemos decir del Senado donde el PNV con 6 senadores va a tener un miembro en la Mesa gracias al apoyo del PP y en cambio, se queda fuera de dicho órgano Unidos-Podemos con 20 senadores. Que diría el establishment mediático palmero del PP si lo hiciera la izquierda?
 
El segundo partido más votado fue el PSOE con 85 escaños y todo indica que de seguir con sus conflictos y ambigüedades, tendrán difícil remontar el vuelo. El tercer partido, a pesar de errores cometidos y del discurso del miedo con que han sido obsequiados por los poderes financieros, económicos y políticos, ha sido Unidos-Podemos y sus confluencias con 71 escaños. La irrupción de Podemos como partido político, recogiendo el espíritu del movimiento ciudadano del 15 M fue un acierto. A pesar de sus carencias organizativas, falta de medios, madurez y de experiencia, tienen intuición, inteligencia y capacidad política, inquietudes, y esperanzas, convirtiéndose de hecho, ante la decadencia, decepción y falta de decencia política e ideológica en España, en un referente político de primer orden. En mi opinión, la ciudadanía en general adolecemos de falta de cultura política y de madurez democrática y su grado de participación y capacidad crítica está bajo mínimos.
 
Somos una sociedad donde prima el individualismo y la insolidaridad. Si a ello le añadimos nuestro carácter personal de espontaneidad y a veces poco reflexivo, nos dará claves del resultado del 26 J, incluida la abstención de muchos votantes hacia la candidatura “Unidos Podemos”. El enemigo a batir en estas elecciones era Unidos Podemos y no han podido: con poco más de 3 años, 71 escaños y más de 5 millones de votantes consolidados y todo un presente-futuro por delante. Pese a los partidos que ellos mismos se auto determinan constitucionalistas, ignorando despectivamente en su verborrea diaria a Unidos Podemos, como si no participara de los mismos derechos constitucionales. En mi opinión, cuando se cree en lo que se está haciendo, en algún momento se lograra el objetivo.
 
Conozco por experiencia propia, lo que significa organizar y poner en valor, junto a otros compañeros y compañeras, una organización, como fue CCOO, con un Movimiento Obrero represaliado y destrozado después de la guerra civil, exilado, encarcelado, con fusilados y con mucho miedo acumulado. Salvando las distancia y el contexto, comprendo muy bien el gran esfuerzo de las personas que están llevando a cabo la ardua tarea, de organizar un movimiento ciudadano y convertirlo en partido político estructurado; que tiene tensiones propias de su rápido crecimiento y sobre todo que tiene que adaptarse, que no acomodarse, a las condiciones permanentes de cambios en la sociedad española. Muchas personas que no se sentían representadas en las instituciones, empiezan a hacerlo con la llegada de Podemos antes y Unidos Podemos ahora. Hay que volver a movilizar e ilusionar a muchos más trabajadores y trabajadoras y ciudadanía en general, continuando la senda emprendida en las elecciones europeas, autonómicas y locales de Mayo del 2015 donde se inicio el cambio político. Continuar con la política aplicada por el PP es seguir por la senda del aumento de las desigualdades, de la pobreza y de la exclusión social, que tanto sufrimiento y daño ha causado a millones de trabajadores y trabajadoras en particular y ciudadanos en general. Y el PP con su política ha puesto en peligro las pensiones presentes y futuras, gastándose más de las tres cuartas partes de los 68.815 millones de € del fondo de pensiones, que había cuando tomaron el poder. Cambiar radicalmente esa política es el gran reto, puesto que considero que otra España éticamente honesta y decente es posible. En ello deberían de estar las fuerzas que se reclaman del cambio.
 
Ángel Olmos Gauses

 

 

SUCESOS

SALUD