Tras el 26-J

Escrito por Fernando López-Egea López
Viernes, 08 Julio 2016 15:33

Cuando en seis meses la unión de diferentes fuerzas políticas pierden más de un millón de votos, las razones no se pueden reducir al miedo o fantasma del Brexit, Venezuela y no sé cuántos mensajes de la derecha para resquebrajar el voto. Las raíces son mucho más profundas, siendo obligación desde la izquierda hacer un análisis desde la serenidad pero también desde la firmeza.
 
Estos días he recordado en los debates de los órganos de dirección como nace IU al calor de las movilizaciones contra la OTAN y como fue realizando un análisis correcto entorno a lo que se llamó la modernización de España encabezada por Felipe González - recomiendo volver a leer el informe Petras-, y planteando alternativas entorno a Maastricht, la apuesta por un sector publico fuerte, la nacionalización de sectores estratégicos, la reducción de la jornada laboral y el reparto del trabajo, la política fiscal progresiva... constatando los límites de la socialdemocracia como parte del sistema.
 
Pues bien el 26 J hubo una fuga de votos de Unidos Podemos por la izquierda y por la derecha. Por la izquierda porque la coalición entre IU-Podemos se hizo de forma precipitada y poco madurada en un momento donde se constataba la bajada de votos de Podemos, dando una imagen más de intereses coyunturales que de una alianza de largo aliento entorno aun proyecto transformador donde la contradicción capital-trabajo fuera el eje de acción fundamental.
 
Esta alianza entorno a 50 puntos dejaba aparcados cuestiones tan importantes como la auditoria de la deuda, las nacionalizaciones, una propuesta clara sobre la Unión Europea y el euro, la derogación del art. 135 C.E, la república o el no a la OTAN, haciendo que sectores más concienciados o le dieran la espalda o votaran sin convencimiento. Por la derecha también se produce fuga de votos pensando – nada más lejos de la realidad- que la alianza con IU suponía una radicalización de las posiciones. Algo que la propia Mónica Oltra manifiesto diciendo que no se había “centralizado el discurso”, cuando el programa y el discurso desde mi punto de vista se han instalado en la socialdemocracia y la moderación con el objetivo de ganar votos. Discurso que el propio Monedero ha tachado de hueco.
 
Discurso contradictorio que se manifiesta cuando Pablo Iglesias habla de que son la “socialdemocracia” suponiendo automáticamente la pérdida de votos por la izquierda – , o cuando se habla de patriotismo español chocando con los votantes de izquierdas que forman parte de la nacionalidades históricas – Cataluña, País Vasco, Galicia, País Valencia – que no se reconocen en ese discurso y si se reconocen en un discurso de reconocimiento de la pluralidad nacional y el derecho de autodeterminación de los pueblos. Y es que muchos ciudadanos/as venían de escuchar antaño aquello de que no somos de izquierdas ni de derechas.
 
Otros errores desde mi modesta opinión es que tras el 20 D no se pueden pedir carteras – nada sociales - sin previamente hablar del programa. Estos días también he recordado como acabo el PCI o como a acabo Siryza. El PCI, el partido comunista más importante de occidente, que gano las elecciones al Parlamento Europeo en 1984 con 12 millones de votos fue disuelto 6 años más tarde por Ochetto, creando un fuerza llamada socialdemócrata . Hoy en día la izquierda anticapitalista en Italia es un desierto.
 
En Grecia Siryza ha terminado asumiendo las políticas de austeridad y recortes. De ahí que debamos de tener presente siempre las palabras de Frei Betto, asesor del presidente Lula en Brasil cuando dijo “llegamos al gobierno, pero no llegamos al poder”. El poder seguía en manos de banqueros, multinacionales... Por eso hoy cualquier alianza y propuesta alternativa debe articularse desde un Programa-movilización-valores alternativos. Un programa que vaya a la raíz estructural y transitorio hacia un proceso superador del capitalismo; La movilización como oxígeno de los múltiples pulsos que habrá que afrontar a quienes realmente tienen el poder. Como diría Gramsci “en los países donde no se producen conflictos en la calle, en los que no se ve pisotear las leyes fundamentales del Estado ni se ve como domina la arbitrariedad la lucha de clases pierde impulso y se debilita”.
 
Por ultimo un sistema de valores basado en la solidaridad y la justicia por encima del individualismo y la competitividad darwinista. No quiero terminar sin recordar otra contradicción ligada a nuestro municipio. Aunque se ha votado en clave de elecciones generales y se han perdido 2.400 votos respecto al 20D, hay hechos que no facilitan las cosas.
 
Me refiero a decisiones políticas que siguen reafirmando la privatización del ciclo integral del agua, dando oxígeno a la escuela concertada-privada en detrimento del instituto público nº5 y un largo etcétera de hechos que votantes de una determinada cultura de la izquierda no asumen y con razón. Es evidente que cuatro años más con el PP en el gobierno pueden ser durísimos para la clase trabajadora, por ello y convencido de que vamos a vivir una legislatura corta, es momento de empezar a tejer la alternativa que millones de personas demandan.
 
Fernando López-Egea López

 

 

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