El pasado sábado, Rajoy anunciaba una alegría «en diferido» al futuro, y la situaba en el martes. El martes será el día, «permanezcan atentos». Y ese día, puntualmente, el Servicio Público de Empleo hacía públicos los datos del paro. Se anunciaba que el número de parados inscritos en las oficinas de empleo se redujeron durante el pasado mes de mayo en 98.265 personas.
Sin duda, en un país como el nuestro en el que el principal problema es la altísima tasa de desempleo a la que ponen cara casi 6 millones de ciudadanos, siempre es una buena noticia que baje el paro y estos días lo ha sido, para todos, pero especialmente para quienes no tenían trabajo y lo han conseguido. Sin embargo, la dramática situación general de la cuestión, debería obligar a todos a ser muy prudentes en la valoración de los datos de paro mensuales. Y desde luego, al Gobierno más que a nadie. Porque lo habitual es que en el mes de mayo baje el paro. Bajó en 2010 (-76.223), bajó en 2011 (-79.701), incluso bajó en 2012 (-30.133) y tampoco es la primera vez que por estas fechas se registran bajadas de paro en tres meses consecutivos. Ha ocurrido en 2010, 2011 y 2012.

Y es lo habitual, como es habitual que los gobiernos saquen pecho por el dato, aunque influyan poco o nada, salvo el registro y la estadística. Todo el mundo sabe que se inicia la temporada de verano, y se suceden los contratos para trabajos temporales y en relación, fundamentalmente con la industria del turismo. La desagregación por sectores de los datos de mayo, demuestra que la mayor parte de la bajada del paro se ha producido en el sector servicios: más de 61.000, y que se han firmado menos contratos indefinidos que hace un año: concretamente ha habido 30.633 contratos indefinidos menos que en mayo de 2012 (un 24% menos). Y es que, según los propios datos del Ministerio de Empleo, en términos desestacionalizados la bajada del paro en mayo se reduce a 265 personas.

Por eso pedimos prudencia, no es momento de lanzar las campanas al vuelo. En mayo de 2011 se produjo una bajada, también notable en números y lamentablemente, eso no fue la antesala de una mejoría en las cifras globales del paro, sino todo lo contrario. Por eso, lo más importante de todo es saber si la buena noticia del martes es un dato mensual aislado y estacional –como parece— o nos está indicando el cambio de tendencia hacia la creación de empleo que todos deseamos. Esta es la gran pregunta, y ha sido argumento de editoriales y artículos de opinión en toda la prensa. Como siempre hay respuestas para todos los gustos.

Por eso, es de crucial interés preguntarle al Gobierno si el dato de paro de mayo conocido el martes le permite cambiar o no, su propia previsión de que este año acabe con una tasa de paro del 27,1% (y con una destrucción de MÁS de 500.000 empleos). Si la respuesta es NO, el Gobierno debe ser muy prudente y no levantar falsas expectativas a 6 millones de ciudadanos en España, cuya principal preocupación y acuciante necesidad es encontrar un trabajo. Y si la respuesta es SÍ, debe demostrarlo con argumentos muy sólidos, porque sería como decir que las previsiones que le ha pasado a Bruselas, hace menos de un mes, están nuevamente equivocadas.

Sobre si las buenas cifras, vienen para quedarse –como dice Rajoy— o son estacionales, lo veremos en unos meses. Son muchos los expertos que señalan que el paro podría aumentar en septiembre lo que ahora ha bajado. Quién también lo tenía muy claro, en su momento, fue la hoy todopoderosa vicepresidenta del gobierno Soraya Saenz de Santamaría que en mayo del 2011 machacaba a Rubalcaba con las cifras del paro y le explicaba que «solo usted es capaz de restar importancia a casi 5 millones de parados, conformándose con el dato del mes de abril. Sí, señor Rubalcaba, el paro baja en abril y bajará en mayo y en junio, eso ya lo sabemos todos. Igual que los días son más largos, las temperaturas más altas y el sol brilla más. Señores del Partido Socialista. Eso se llama estacionalidad». Supongo que se llamaba y se llama. Y remataba: «y no tiene nada que ver con lo que hacen ustedes. Lo que no es estacional es su incompetencia, la incompetencia del Gobierno». Todo un ejemplo de dialéctica. Y es que las hemerotecas y sobre todo, el diario de sesiones del Congreso, tienen eso, que son la memoria y hacen prisioneros/as a muchos/as de sus palabras. Hoy, se podría repetir la frasecita, pero añadiendo un millón más a la cifra de parados. Un detalle sin importancia.

Desde luego, con estas reflexiones no pretendemos aguarle la fiesta al Sr. Rajoy, que se mostraba tan orgulloso de sí mismo que hasta se paró en los pasillos del Senado a hablar con la prensa, para eso ya tiene a sus más estrechos colaboradores. Como dijo el mismo martes el Gran Wyoming al desempolvar las palabras de la vicepresidenta ¿hay alguien más que quiera amargarle el día a Rajoy?